El precio del petróleo prosigue en su desplome. Ya en los niveles más bajos en cuatro años, el que ha sido el principal indicador y causa de crisis económicas globales en el pasado está de nuevo en el centro del huracán. El precio del crudo Brent, de referencia para Europa, ha tocado este jueves los 75,48 dólares. Pese a que el precio de las gasolinas en España no lleva el mismo ritmo de caída, cualquier consumidor es consciente del abaratamiento. La cumbre de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se ha inaugurado este jueves en Viena pretende enmendar una tendencia que amenaza las economías de los países productores. La alarma está en el ambiente tras una caída de los precios superior al 30% en seis meses.

Arabia Saudí y a sus vecinos del Golfo declararon este miércoles a Reuters que se oponen al recorte de la producción y que están dispuestos a mantener los precios bajos durante el próximo 2015. Las razones del planteamiento se centran en la conveniencia de no lastrar la recuperación económica de Europa y de EEUU. Un efecto colateral de una subida de los precios del petróleo sería elevar la inflación también en China y causar una depresión a escala mundial.

VENEZUELA, AL FRENTE

Los demás miembros de la organización, y en particular Venezuela, abogan sin reservas por ese recorte productivo como una fórmula relativamente rápida de conseguir un precio por barril en el entorno de los 100 dólares. Venezuela estima el exceso de crudo en el mercado en unos dos millones de barriles de crudo al día. La negociación ahora es de que manera se puede repartir ese recorte. Además de Venezuela, Nigeria y Ecuador lideran la posición más favorable a los recortes. Irán se ha mostrado inflexible al asegurar que no está dispuesto a recortar más la producción tras haberlo hecho en 1,5 millones de barriles diarios por las sanciones derivadas de su programa nuclear.

Una solución de compromiso que han manifestado algunas fuentes podría consistir en el compromiso de cumplir con el techo oficial de producción del grupo, situado en 30 millones de barriles diarios, lo que en la práctica supondría sacar del mercado unos 300.000 barriles al día. Los expertos calculan que con esta medida se frenaría el recorte de los precios, aunque sería difícil un alza de éstos a corto plazo.