En menos de dos días los países de la Eurozona interesados en el puesto de vicepresidente del Banco Central Europeo, que quedará vacante el 31 de mayo, deben oficializar sus candidaturas. El plazo expira este 7 de febrero pero el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, sigue sin revelar sus cartas. En Bruselas se da por hecho que el nombre que transmitirá al Eurogrupo será el de Luis de Guindos pero el ministro de economía no es plato de gusto para algunos, empezando por el PSOE que ha dejado claro que no apoya su candidatura.

«El PSOE está dispuesto a apoyar el Gobierno en su aspiración a que España tenga un puesto en el BCE pero en estas condiciones: perfil técnico y que sea mujer», explicó ayer el portavoz de la ejecutiva federal, Oscar Puente. «Es absolutamente inexcusable que, habiendo como hay muchas mujeres en este país, muy preparadas para el cargo, no se opte por una candidatura femenina», reivindicó.

La presión ha aumentado considerablemente en las últimas semanas. La Eurocámara también exige que la lista de candidatos mantenga el equilibrio de género. «Esperamos una lista reducida y equilibrada», reclamó la socialista francesa Pervenche Beres.