El proceso de desendeudamiento de las familias y las empresas españolas que comenzó a finales del 2009 está a punto de tocar suelo, casi una década después. El sector privado incrementó su financiación externa el 0,58% en junio frente a mayo, hasta los 1,59 billones de euros (9.303 millones más en solo un mes). En comparación con un año antes todavía cae, pero un escaso 0,1%, frente a los descensos del 0,4% de mayo y del 1,1% de junio del 2017. Lejos quedan los crecimientos desenfrenados de la época de la burbuja (24,6% en diciembre del 2006), pero también las fuertes caídas interanuales del peor momento de la crisis (6,5% en mayo del 2013), lo que los expertos interpretan como un síntoma de un cercano cambio de tendencia.

Desde el otoño del 2009, el sector privado se ha desendeudado el 26,7%. O lo que es lo mismo, en 581.368 millones de euros, el equivalente al 49,9% del PIB español, según datos del Banco de España. Las familias cerraron junio con una deuda de 712.011 millones, el 1,3% más que en mayo y el 0,1% menos que un año antes. Las empresas, por su parte, debían 880.815 millones, una cantidad similar a la de junio del año pasado y a la de mayo de este. Los hogares amortizaron por valor de 342 millones y tomaron 9.789 millones de nueva financiación, mientras que las compañías repagaron 3.320 millones y se endeudaron por 3.176 millones.

MÁS QUE EUROPA / «Los datos conocidos acentúan el debate sobre el final del ajuste de la deuda generada antes y en los primeros años de la crisis por las familias y las empresas españolas. Más de un 30% de descenso acumulado en términos de la renta bruta disponible para las familias y una cifra similar en términos del PIB en el caso de las empresas. Los niveles alcanzados siguen algo por encima de la media europea, aunque la brecha en el caso de las familias puede ser explicada en parte por el mayor peso relativo de la vivienda en propiedad en España. El resto puede ser achacable al mayor crecimiento económico relativo de la economía española», apunta José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB).

La evolución del crédito es clave en este cambio de tendencia, ya que supone en torno al 76% de la de la financiación del sector privado. En este campo, junio también registró un hito: el saldo de préstamos de la banca a hogares y compañías creció ese mes en todas las carteras respecto a mayo, lo que no ocurría desde mediados del 2010.

El incremento fue de 10.998 millones, el 0,95% más, hasta los 1,157 billones de euros. En los hogares (8.864 millones, 1,3% más), creció el crédito en hipotecas (553 millones, 0,1% más), consumo (2.033 millones, el 2,4% más) y otros fines (6.278 millones, 7,1% más), mientras que en las empresas aumentó en 2.134 millones, 0,5% más. En comparación con junio del 2017, el ritmo de caída se ha moderado del 3,1% de mayo al 2,2%, gracias a la menor variación negativa de los préstamos a familias (del 0,5% al 0,3%) y a compañías (del 6,8% al 5%).

La banca, de hecho, estima que el saldo de crédito está cerca de volver a subir. «Unas favorables condiciones de financiación ofrecidas por los bancos y una mejora de las perspectivas económicas están detrás del aumento de los nuevos préstamos, hasta el momento compensada con el ajuste de la deuda acumulada de tal forma que el saldo vivo de la financiación bancaria se mantenía a la baja. Este escenario está siendo superado por los datos más recientes», apunta Campuzano. Algunos expertos, como los de la agencia de calificación de riesgos Fitch, calculan que el crecimiento podría producirse en el 2018, tras ocho años de descensos, pero otros lo retrasan hasta el año 2019.

NUEVAS OPERACIONES / La clave es el aumento de las nuevas operaciones. En junio, continuó el crecimiento de estos préstamos: se concedieron unos 1.900 millones más que 12 meses antes, hasta los 54.700 millones de euros. Las nuevas hipotecas aceleraron su crecimiento (unos 4.400 millones, el 18,7% más), mientras que los préstamos al consumo (unos 3.000 millones, el 14,9% más) y a las empresas (33.500 millones, el 3,2%) moderaron su ritmo de expansión.