Samsung Electronics obtuvo un beneficio neto de 5.655 millones de euros en el cuarto trimestre del año, lo que representa un 120% más que en el mismo periodo del 2015.

Esta cifra destaca tras los problemas del Galaxy Note7, cuya comercialización tuvo que suspenderse, retirándose del mercado, tras detectarse problemas con las baterías del 'smartphone' y que también ha supuesto el retraso del lanzamiento del Galaxy S8.

De este modo, el fabricante surcoreano ha cumplido sus previsiones de lograr un beneficio operativo 7.338 millones de euros en el cuarto trimestre, lo que representa una mejora del 50,1% respecto al año anterior y su mejor rendimiento trimestral desde el tercer trimestre de 2013.

La caída de las ventas del negocio de telefonía, que facturó un 5,5% menos en el trimestre, se vio más que compensada por el fuerte crecimiento registrado en las divisiones de semiconductores y pantallas, que incrementaron sus ventas un 12,5% y un 12,7%, respectivamente.

En el conjunto del 2016, el beneficio neto de Samsung Electronics alcanzó los 18.142 millones de euros, el 19,2% más que un año antes, mientras sus ventas en el conjunto del ejercicio aumentaron el 0,6%, hasta 161.145 millones de euros.

PREVISIONES DE FUTURO

De cara a este 2017, Samsung Electronics señaló su intención de dar prioridad a la seguridad de los consumidores en el área de móviles al mismo tiempo que tratará de fortalecer su liderazgo en el mercado de alta gama, así como ganar competitividad en las gamas medias y bajas añadiendo funciones hasta ahora disponibles en los modelos de gamas superiores.