El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, espera poder dar un impulso renovado al diálogo social y para eso ha convocado hoy en La Moncloa a los líderes de CCOO y de UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, y a los presidentes de CEOE y Cepyme, Juan Rosell y Antonio Garamendi.

Se trata de una primera toma de contacto del nuevo Gobierno con los agentes sociales en la que también estará presente la nueva ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio.

Sindicatos y empresarios llegan a esta reunión sin un acuerdo de negociación colectiva bajo el brazo, aunque sí cerca de alcanzarlo. El acercamiento entre las partes han llevado a CCOO y UGT a suspender las movilizaciones que tenían programadas para el próximo sábado, 16 de junio, aunque el presidente de CEOE, Juan Rosell ha dicho después que no entiende los motivos de tal optimismo.

Se espera que el presidente del Gobierno haga un llamamiento a todos ellos para que en el marco del diálogo social logren cerrar lo antes posible un acuerdo salarial que, según el programa socialista, permita la recuperación de las rentas de los trabajadores.

Lo cierto es que patronal y sindicatos llegan con ánimo bien distinto a esta reunión. Los primeros, con inquietud, casi a la defensiva. Los segundos, con altas expectativas. La pretensión socialista de acabar con los principales aspectos de la reforma laboral que impulsó el PP alienta a las organizaciones sindicales al tiempo que inquieta a las patronales CEOE y Cepyme.

Mientras los sindicatos quieren derogar los aspectos centrales de la reforma laboral del 2012, los empresarios son partidarios de mantenerla. La nueva ministra de Trabajo ya ha dicho que su intención es cambiar aquellos elementos de la reforma que más daño han causado a los trabajadores, si bien el Gobierno es consciente de que con su exigua minoría parlamentaria no podrán sacar adelante ninguna medida que no goce antes de un acuerdo en el marco del diálogo social.

«Vamos a esa reunión para escuchar, pero también queremos trasladar al presidente que es muy importante no cometer errores en la legislación laboral que frenen la creación de empleo», adelantaron fuentes de CEOE. UGT, por su parte, considera imprescindible acabar con las reformas del 2010 y 2012.