Viajar en alta velocidad entre Madrid y Barcelona sin usar Renfe será posible en breve. La Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) aprobó ayer el nuevo servicio internacional de transporte de pasajeros en tren entre Madrid y la ciudad francesa de Montpellier, con parada en Zaragoza y Barcelona, propuesto por ILSA, filial del Air Nostrum. Los promotores aseguran que será más rápido y más barato que el que ofrece la empresa pública.

El problema para entidad dependiente de Fomento puede no acabar ahí puesto que ahora la CNMC estudiará la petición de la empresa que dirige Carlos Bertomeu para utilizar sus trenes S-100 de Alstom, una situación que de aceptarse supondría que los convoyes de Renfe harían competencia a la propia empresa.

La aprobación anunciada ayer tumba las alegaciones que presentó Renfe contra el proyecto, que considera una tapadera para operar el Madrid-Barcelona. En su día, la Audiencia Nacional ya rechazó la petición de medidas cautelares contra el reglamento de liberalización que la CNMC aprobó hace justo un año.

El inicio del servicio permitirá en la práctica a ILSA adelantarse muchos meses a la liberalización del transporte interno de pasajeros impuesta por la UE aunque no tantos como quería, pues su idea inicial era haber empezado el servicio este próximo mes de octubre. En cualquier caso, y como el permiso es para tres años, cuando en 2020 se abra la competencia de los trayectos internos sus trenes estarán rodando.

Eso sí, hasta entonces, tendrá restricciones en el número de pasajeros al que podrá transportar en esta línea, puesto que los que hagan trayectos nacionales no podrá ser más del 70% de su total de viajeros.

Uno de los puntos que ha valorado la Comisión para dar luz verde al proyecto es que la filial de Air Nostrum se ha comprometido a limitar «la venta de billetes nacionales en caso que superen» ese porcentaje.

También aportará información semestral sobre el número de viajeros entre las diferentes estaciones y los ingresos obtenidos. Renfe intentó que el porcentaje mínimo de pasajeros ‘internacionales’ no fuera del 30 sino del 50%. El otro gran requisito establecido en la liberalización es que los recorridos deben realizarse al menos en un 20% fuera de España, algo que se cumple en esta línea.

La CNMC ha sentenciado que el servicio, que tiene previsto ofrecer dos trayectos diarios de ida y vuelta en convoyes para casi 350 pasajeros, «tendrá efectos positivos para los usuarios: triplica las frecuencias entre Madrid y Montpellier y las incrementa en un 50% desde Barcelona».

El proyecto de ILSA espera poder conectar Madrid con Montpellier en 5 horas y 47 minutos realizando paradas en Zaragoza, Barcelona, Perpignan y Narbona. El informe hecho público apunta que los tiempos previstos «son un 10% inferiores a los de Renfe». Los billetes serán «según la información remitida por el operador, más baratos» que los del actual operador.

PLAN DE NEGOCIO / Para realizar su estudio, la CNMC apunta que se ha basado en el plan de negocios de ILSA pero también «en previsiones de demanda y datos reales del número de viajeros y precios de los servicios internacionales que actualmente presta Renfe». El ejemplo que se ha utilizado es la conexión entre Madrid y Huelva o Cádiz, que pueden ser similares a las que tenga con los tres departamentos franceses a los que llega esta conexión.

Para lanzarse a este proyecto, Air Nostrum consiguió en 2016 la licencia para el mercado ferroviaria para ILSA y se alió después con Víctor Bañares, un ex directivo de Renfe.

La CNMC tiene en su mesa desde la pasada primavera el proyecto de la alemana Deutcsche Bahn para unir La Coruña con la portuguesa Oporto pasando también por Santiago de Compostela, Pontevedra y Vigo. Su propuesta plantea cuatro frecuencias diarias en ambos sentidos y un viaje de 2 horas y 46 minutos, que reducirá casi en una hora y cuarto el actual trayecto, dado que en Vigo hay que cambiar de tren para pasar a Portugal.