La factura de la crisis de los motores diésel trucados sigue engordando para Volkswagen. La multinacional alemana ha hecho una reserva en sus cuentas de 7.800 millones de euros en una partida destinada a recomprar coches y a aplicar las soluciones técnicas para que los vehículos puedan cumplir con los niveles legales de emisiones de gases, según ha explicado el grupo en la presentación de los resultados del 2015 en su sede central en Wolfsburg.

Las provisiones globales de Volkswagen para hacer frente al 'dieselgate' son, por ahora, de 16.200 millones de euros, lo que ha tenido como efecto que el grupo haya declarado unas pérdidasrécord de 1.400 millones de euros en el 2015 frente a unas ganancias de 11.800 millones en el ejercicio anterior.

De los 16.200 millones que la compañía considera que se puede gastar en resolver el fraude para camuflar las emisiones de óxido de nitrógeno, un total de 7.800 millones corresponden a la recompra de vehículos, que la firma limita a un máximo de 600.000 unidades en Estados Unidos exclusivamente, así como a la reprogramación de los motores y la instalación de un filtro. La compañía ha llegado a unprincipio de acuerdo con las autoridades y los consumidores en EEUU para reparar o recomprar los vehículos vendidos en ese país con el 'software' ilegal, aunque todavía queda por determinar la compensación para los propietarios.

Otros 7.000 millones de euros de las provisiones se deben a los riesgos legales derivados de las denuncias y las multas que puede afrontar la compañía.

INVESTIGACIÓN INTERNA

Sin embargo, el grupo sigue bajo una fuerte presión en muchos países europeos por la lentitud en la puesta en marcha de la solución técnica diseñada y por las diferencias de trato hacia los clientes de Estados Unidos en relación con los del resto del mundo. La compañía justifica la recompra de coches en EEUU por la imposibilidad de aplicar una solución técnica que cumpla con unos niveles de emisiones de gases más exigentes que en la Unión Europea.

La firma ha retrasado la entrega del informe sobre la investigación encargada a raíz del escándalo de los motores trucados, cuya publicación habñia anunciado para este mes de abril.

El presidente del grupo, Matthias Müller, ha anunciado una previsión de un descenso de los ingresos del 5% para el conjunto del 2016 aunque en el primer trimestre ha logrado un aumento de las ventas de coches del 0,8%. A pesar de las pérdidas y del contexto complicado para el 2016, calificado como un "año de transición", la empresa dará un dividendo simbólico de 0,11 euros por acción para "enviar una señal potente de que tiene la fuerza suficiente para manejar la situación utilizando sus propios recursos".