La entrada del yuan en la élite de las divisas, que se oficializará este sábado cuando se integre en la cesta de monedas del Fondo Monetario Internacional (FMI), se ha visto empañada por los intentos de Pekín de frenar las salidas de capitales. A pesar de los esfuerzos de las autoridades chinas por mantener estables los tipos de cambio, en los que han gastado parte de su reserva de divisas -la mayor del mundo-, la carrera internacional del yuan va perdiendo fuerza a medida que se deprecia frente a monedas como el dólar, el euro o el yen.

Cuando el FMI dio vía libre a la inclusión del yuan en la cesta de monedas que utiliza para calcular el valor de su divisa interna (llamada derechos especiales de giro o SDR, en inglés), en noviembre del año pasado, Pekín lo celebró como un reconocimiento a su agenda de reformas y un hito en su ascenso en la escena global.

Más allá de su peso simbólico, se esperaba que la decisión del Fondo sirviera de catalizador para una mayor liberalización financiera de China y para potenciar el uso internacional del yuan, pero la trayectoria en los últimos diez meses ha sido muy distinta. "La decisión del FMI no ha impulsado una mayor liberalización financiera", afirmó a EFE Carlos Casanova, economista de BBVA Research en Hong Kong. "El Partido Comunista ha tratado de reformar el mecanismo cambiario en varias ocasiones, resultando en una depreciación de la moneda más pronunciada de lo esperado, generando una fuga de capitales y dando lugar a un agotamiento de las reservas", explicó Casanova.

La tónica ha sido la falta de confianza en la moneda y las salidas de capitales de China, sobre todo entre finales del 2015 y principios del 2016, justo después del pronunciamiento del FMI y coincidiendo con la primera subida de tipos de interés en EEUU en una década.

Solo en enero, se calcula que salieron el gigante asiático 113.000 millones de dólares, según el Instituto de Finanzas Internacionales, que estima en 320.000 millones de dólares el acumulado hasta agosto. "Hay fuertes pruebas de que el Banco Popular de China (central) está interviniendo en los mercados extranjeros", dijo Christopher Balding, profesor de Economía de la Universidad de Pekín, en un reciente encuentro con periodistas en la capital china.

En los últimos diez meses, la determinación del banco central chino por atajar la devaluación del yuan ha supuesto la pérdida del 7,2% de la reserva de divisas del país y, a pesar de que la cotización del yuan solo puede oscilar un máximo diario del 2%, su valor ha seguido menguando.

Tomando como referencia el 30 de noviembre -cuando el FMI aceptó al yuan en su cesta-, la moneda china vale un 26,69% menos frente al yen, el 10,65% menos con el euro y el 4,4% menos con el dólar, aunque ha ganado el 9,99% frente a la libra tras la devaluación de la divisa británica por el 'brexit'.

"La gente sigue corriendo para sacar dinero del país y Pekín está tirando arena en el camino para ralentizarles, pero no consigue detenerlos del todo", señaló el experto de la Universidad de Pekín. La paradoja es que, con esta actuación, el banco central chino obstaculiza la expansión internacional de su moneda, porque apuntala su valor retirando liquidez de los centros extranjeros de transacciones en yuanes.

Desde la decisión del FMI, Pekín ha dado pasos para reforzar la presencia de su moneda fuera de China: ha aumentado la convertibilidad directa de nueve a dieciséis divisas y tramita abrir centros de transacciones en Nueva York y Moscú, entre otros. Sin embargo, esas medidas chocan con sus intervenciones para controlar el precio de la moneda que, según Balding, se deben al "estrés financiero" que se da en China y al temor de que no haya liquidez para los bancos domésticos.

"Lo único que está frenando la internacionalización del yuan es Pekín. No es que la gente (fuera de China) no quiera usarlo, no es que los bancos centrales no quieran tener yuanes", apuntó el profesor de la Universidad de Pekín. Los expertos no ven el momento, en un futuro inmediato, en que se revierta esa tendencia, aunque insisten en que, dada la importancia de China en la economía mundial, la carrera internacional de su moneda está llamada a proseguir cuando los capitales circulen con mayor libertad.

"El yuan sigue infrautilizado en comparación con, por ejemplo, la participación china en el comercio mundial", recordó Casanova, de BBVA Research. "A medio plazo, no es probable que China abandone los controles de capital existentes porque la presión sobre la moneda aún no ha remitido del todo", pronosticó Casanova, lo que significa que el ascenso internacional del yuan seguirá truncado.