El grupo de 15 presos etarras para los que Batasuna y sus socios en la izquierda abertzale piden su excarcelación por motivos de salud suman al menos 35 asesinatos como militantes de ETA, según los datos recogidos por Europa Press. Entre ellos hay históricos dirigentes como José Arizcurren Ruiz, 'Kantauri'; veteranos como Isidro Garralde, 'Mamarru', implicado en un plan para secuestrar a Don Juan de Borbón en 1974; o Iñaki Etexeberria Martín, 'Mortadelo', uno de los autores del atentado en la Plaza de la Cruz Verde de Madrid en 1996, donde murieron cinco militares.

Hasta ahora la izquierda abertzale había centrado sus reivindicaciones en cuatro presos que ellos consideran "gravemente enfermos": Josu Uribetxeberria, condenado por el secuestro de Ortega Lara, José Miguel Etxeandía, Gotzone López de Luzuriaga y Txus Martín. No obstante, en las últimas semanas la lista se ha ampliado a otros 11 reclusos terroristas: 'Kantauri', 'Mamarru', 'Mortadelo', Garikoitz Arruarte, Inmacualada Berriozabal, José Angel Biguri, Iñaki Erro Zazu, Aitzol Gogorza, José Ramón López de Abechuco, Jesús María Mendinueta y José María Pérez Díaz.

Sólo Iñaki Erro cuenta con siete asesinatos en su historial delictivo cometidos entre 1980 y 1986. En ese tiempo asesinó a cinco militares, un guardia civil, un policía y un civil, crímenes por los que fue condenado a 272 años de cárcel. De 52 años de edad, lleva 25 en prisión y, según la izquierda abertzale, padece cardiopatía isquémica severa. Actualmente se encuentra en la cárcel de Almería, una de las que Interior usa para agrupar a los internos más irredentos de ETA.

Otro de los etarras más sanguinarios para quien se pide la excarcelación es 'Mortadelo', con seis asesinatos en su historial incluyendo el cometido en la Plaza de la Cruz Verde de Madrid en 1996 donde asesinó a cinco militares. En 1992 mató también a un economista en Madrid. Por estos asesinatos fue condenado a 487 años de cárcel por los que sigue interno en la cárcel salmantina de Topas aquejado de una miopía magna con corrionentinitis miópica. De 48 años de edad, lleva 16 en prisión, en caso de salir habría cumplido dos años y medio por cada una de sus víctimas.

Respuesta de instituciones penitenciarias

Preguntado el pasado jueves acerca de los presos enfermos, el Secretario General de Instituciones Penitenciarias, Angel Yuste, explicó que para conceder la libertad condicional a un preso debe padecer una enfermedad grave e incurable. "La hipertensión puede ser grave y que hasta hora no es curable, pero nadie puede pensar que eso puede evitar una pena privativa de libertad", dijo Yuste, quien se refirió a enfermedades "muy intensas" y que "pueden prever un desenlace infausto".

"Episodios reiterados de dolor epigástrico" y "dolor en antebrazo izquierdo" son algunas de las razones que alega la izquierda abertzale para pedir la puesta en libertad de 'Kantauri' ex jefe del 'aparato militar' de ETA en la década de los noventa. Está condenado al menos a 159 años de prisión como autor material de del asesinato de tres policías entre 1984 y 1987 y por matar al socialista vasco Fernando Múgica en 1996. Acercado el año pasado a la cárcel de A Lama (La Coruña) lleva 13 de sus 54 años en prisión.

El más veterano del grupo con 63 años es López de Abechuco. Mató a un militar y a un jefe de la Policía municipal en 1980 por lo que fue condenado a 48 años de cárcel. Actualmente en Villabona (Asturias) padece bradicardia y adenoma de próstata. Lleva 23 años en prisión.

'Operación pesca'

'Mamarru', de 61 años de edad, fue uno de los primeros militantes de la banda y estuvo implicado en la 'Operación Pesca' por medio de la cual ETA planeó secuestrar al padre del Rey, Don Juan de Borbón, en 1974. Años después, en 1981, asesinó a tres militares en Madrid por lo que fue condenado a 116 años de cárcel. Padece Cardiopatía Isquémica, protatitis y cataratas, según los datos recogidos por Europa Press. Ha pasado 27 años en prisión y está previsto que salga en 2020. Actualmente se encuentra interno en Cádiz.

La Audiencia Nacional impuso una pena de 123 años de cárcel a Gotzone López de Luzuriaga por cuatro asesinatos --tres policías y un militar-- cometidos entre 1987 y 1988. Según las denuncias de la izquierda abertzale, precisa de controles periódicos tras habérsele extirpado en 2007 un cáncer de mama. De 53 años de edad, lleva en prisión desde 1989. Cumple su condena en la cárcel guipuzcoana de Martutene.

Tres fueron las personas, todos ellos guardias civiles asesinadas por Josu Uribetxeberria Bolinaga, de 57 años e interno en la cárcel leonesa de Mansilla de las Mulas afectado donde en 2005 se le diagnosticó una neoplastia en el riñón izquierdo de la que fue operado. Fue condenado en 1998 a 32 años de cárcel por ser uno de los miembros del comando que mantuvo secuestrado al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. Se enfrenta a 212 años de prisión de los que ha cumplido 25.

Tiroteado en presencia de su hijo

Mendinueta Flores, interno en Zaragoza, padece discopatías en la columna vertebral, según la izquierda abertzale. Ex miembro del 'Comando Vizcaya', pesan sobre él un total de 105 años de cárcel por tres asesinatos, uno de ellos al guardia civil Ricardo Couso Río al que tiroteó en presencia de su hijo de nueve años cuando iba a recogerle al colegio. De 44 años de edad, fue detenido en 1991.

Por su parte, José María Pérez Díaz fue condenado a 197 años por el atentado en el que murió un guardia civil en 1986. Un año después fue detenido y ha pasado en prisión 25 de sus 50 años. En enero sufrió un infarto de miocardio. Actualmente en Burgos, su salida de prisión no está prevista hasta dentro de cinco años.

Al último al que se le relaciona con delitos de sangre es Aitzol Gogorza. Entregado por Francia en 2011, las fuerzas de seguridad le acusan de participar en al menos dos asesinatos, uno de ellos el de Eugenio Olaciregui Borda, un vendedor de bicicletas de San Sebastián, causa recientemente reabierta por la Audiencia Nacional. De 37 años está interno en Sevilla donde sufre trastorno obsesivo compulsivo.

El resto del grupo no está relacionado con delitos de sangre si bien algunos están condenados por atentar o intentarlo. Es el caso de José Angel Biguri, condenado a 51 años de cárcel por el atentado cometido contra la casa cuartel de LLodio (Alava) en 1988 y en el que dos guardias civiles resultaron heridos o Arruarte Santa Cruz condenado a 2.760 años por colocar explosivos en el Intercity Irún Madrid en diciembre de 2003.