Unos 25 inmigrantes de origen subsahariano permanecen sobre la valla de Melilla, tras aguantar más de doce horas encaramados, pese al calor y al cansancio que acumulan, mientras que, alrededor de 50, han sido entregados ya a Marruecos.

Según han informado a Efe fuentes policiales, sobre las 17:00 horas todavía quedaban subidos a una de las verjas más de una veintena de subsaharianos, de los casi 80 que consiguieron encaramarse sobre las 5:00 horas.

Estos 80 formaban parte de un grupo de unos 600 que protagonizaron un intento de entrada a la carrera por la zona conocida como Villa Pilar, que fue contenido.

A falta de los datos oficiales de la Delegación del Gobierno, seis inmigrantes habrían conseguido acceder a la ciudad, uno de ellos tras saltar la valla, y otros cinco trasladados por Cruz Roja desde el perímetro al Hospital Comarcal, según han informado fuentes de esta entidad.

Los inmigrantes que todavía aguantan sobre la valla se encuentran visiblemente fatigados y ya no pronuncian sus tradicionales cánticos de "Bosa, Bosa" o "libertad, libertad" como sí hacían esta mañana, cuando apenas habían comenzado su larga aventura a seis metros de altura.

Algunos compañeros del Centro de Estancia Temporal (CETI) se han acercado, incluso, durante la jornada a animarles, aunque éstos han sido interceptados e identificados.

La carretera de circunvalación permanece cortada debido al despliegue policial que hay en la zona, formado por guardias civiles de la Comandancia de Melilla y, sobre todo, miembros de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) del instituto armado.

Los agentes están utilizando guantes y mascarillas, una medida de seguridad ante la situación provocada por el brote de ébola en algunos países africanos.

Al otro lado del perímetro, en la zona marroquí, también hay presencia policial, a la espera de que todos los subsaharianos subidos a la valla se bajen de la misma.