Todos han hecho el ridículo en Arco. Y yo, la primera». La veterana galerista alemana residente en España Helga de Alvear entonó el mea culpa tras el maremoto desencadenado por la retirada de Arco de la obra Presos políticos en la España contemporánea, que incluía fotografías pixeladas de Oriol Junqueras y Jordi Sànchez, encarcelados por la causa que investiga el procés. Clemente González Soler, presidente de Ifema (parque ferial madrileño que acoge la muestra de Arte Contemporáneo) llamó a la galerista y le pidió que retirara la polémica pieza, cosa que ella hizo el miércoles sin pestañear. «No pasa nada. Solo es una obra. Pondremos otra cosa», aseguró ese mismo día De Alvear mientras el artista Santiago Sierra, madrileño de 52 años que siempre ha usado la provocación como materia de trabajo, se subía por las paredes y acusaba a Ifema de «censura». Al director de Arco, Carlos Urroz, no le gustó la decisión, pero vino a decir que él tenía las manos atadas.

La galerista De Alvear retiró la pieza de Sierra -que tenía un precio de 80.000 euros y fue adquirida el mismo miércoles por el socio de Mediapro Tatxo Benet- y colocó en su lugar un conjunto del artista alemán Thomas Ruff.

Ni mala fe ni censura / Tras el maremoto político y artístico (es la primera vez en 37 años de historia que una obra es retirada a petición del parque ferial) la presidencia de Ifema pidió «sinceras disculpas» a la galería por la «controversia». En un comunicado dejan claro que por su parte no ha habido mala fe ni ánimo de censurar. «Aceptamos las críticas y comprendemos que debemos evitar en el futuro cualquier circunstancia de esta naturaleza», aseguraron los responsables del ferial al mismo tiempo que dejaban claro que es el comité organizador de Arco el único competente para evaluar los contenidos. Efectivamente, la feria de arte es la que admite o deniega la presencia en la feria de las galerías, que pagan un generoso alquiler por el espacio cedido. Sin embargo, cada galería es libre de exponer lo que quiera.

No todos en Ifema apostaban por retirar Presos políticos en la España contemporánea. El parque ferial está representado por la Comunidad de Madrid (PP), el Ayuntamiento (en la órbita podemista y liderado por la independiente Manuela Carmena) y la Cámara de comercio. Solo el ayuntamiento votó en contra de pedir la retirada de la pieza de Sierra. De hecho, a modo de protesta, Manuela Carmena no estuvo presente ayer en la inauguración oficial de Arco, donde los Reyes realizaron el circuito habitual de cada año. Eso sí, evitaron la pared que albergaba la obra de Sierra.

En ese panel, en el que a primera hora ya lucía el trabajo fotográfico de Thomas Ruff, la que sí quiso posar fue la portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, Lorena Ruiz-Huerta, que se puso una mordaza en la boca y una camiseta en la que se leía «No somos delito».

La decisión de Ifema ha causado estupor no solo en la órbita de los partidos de izquierda sino en las propias filas del Gobierno. El ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, enarboló la bandera de la libertad de expresión en todos los ámbitos, especialmente en el cultural. En su opinión, la controversia generada ha demostrado que «el remedio ha sido peor que la enfermedad». Incluso, el titular de Interior, Juan Ignacio Zoido, dejó claro que «el arte siempre es arte y ha de ser respetado». El PSOE se mostró en contra de la retirada, a pesar de que el miércoles tuvo una postura mucho más tibia. Mientras, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, calificó la retirada de «error».

Después de las disculpas de Ifema, la galerista De Alvear no era partidaria de recular y volver a mostrar la obra de Sierra en el estand. «Que venga Ifema y la cuelgue si quiere», dijo con tono entre irónico y cansado.

Si Ifema sale tocada del expediente Sierra no lo hace menos la galerista. Todos los expositores consultados por este diario dejaron claro ayer que ellos no hubieran consentido semejante censura. «Antes me encadeno a mi obra», advirtió Begoña Martínez, responsable de la galería alicantina Aural. Mientras, Carles Taché, propietario de la galería catalana del mismo nombre, recuerda que hace unos años la Guardia Civil, tras la denuncia de un grupo animalista, le retiró en Arco una obra que incluía un águila imperial disecada.