Pedro Sánchez necesita vencer el debate argumental de la investidura si quiere neutralizar la campaña de ‘Pressing PSOE’que trata de convertirle en el responsable de que no haya Gobierno y se acerque el horizonte de las terceras elecciones el día de Navidad. Sabe que Mariano Rajoy le tratará de encerrar en un discurso en el que le acusará de falta de responsabilidad deEstado y de privilegiar sus intereses frente a los de los ciudadanos. El secretario general de los socialistas se ve, más que nunca, en la necesidad de exponer argumentos de contundencia para justificar su ‘no’ al candidato popular incluso en unas circunstancias tan comprometidas y, además, en la obligación de ser pedagógico en sus explicaciones. Sánchez se dirige a tres grupos a los que necesita persuadir. En primer lugar, a los electores que le eligieron el 26-J, a quienes dirá que no ha malvendido su voto con un apoyo a Rajoy. En segundo lugar, a los indecisos que o bien se abstuvieron o bien votaron a Pablo Iglesias pero podrían volver a votar socialista. Estos dos nichos son de vital importancia ate una posible repetición de comicios en diciembre. Y finalmente, se dirigirá en clave interna, a los dirigentes del PSOE. Si Sánchez tiene una urgencia es justamente la de ratificar su liderazgo al frente de su partido para evitar eventuales maniobras de otros líderes socialistas que ponen en duda las decisiones tomadas por el secretario general. Estas serán sus principales motivos para justificar un ‘no’ que bloquea las instituciones.

CORRUPCIÓN

Los politólogos consideran que es la mejor arma de Sánchez contra el PP y que será su principal argumento en el discurso que desplegará el miércoles por la mañana, cuando intervenga desde la tribuna de oradores. El líder del PSOE desgranará los casos de corrupción que afectan al PP, como la trama Gürtel, que tras siete años de instrucción, llega el 4 de octubre a juicio con las declaraciones de los imputados en la Audiencia Nacional. Sánchez, que sabe que el escándalo volverá a centrar la actualidad informativa en cuestión de semanas, tratará de sacar el máximo rendimiento de esta vuelta a los titulares de la corrupción popular para evidenciar su tesis: no se trata de casos aislados sino de un partido donde los comportamientos ilícitos han arraigado. Con los comicios vascos y gallegos el 25-S y la posibilidad de unas terceras generales, confía en que sea un tema potencial de desgaste para el PP, a pesar de la ‘inmunidad’ que ha demostrado el electorado del partido conservador al respecto.

NO A CUALQUIER PRECIO

Sánchez tratará de desmontar el eje dicotómico orden vs. deslealtad que busca imponer Rajoy en su discurso de investidura. El jefe de los socialistas necesita salir de esa disyuntiva para evitar ser encuadrado en el marco de la falta de responsabilidad de Estado ante un contexto que exige magnanimidad. Subrayará que, aunque es importante desbloquear la situación, no se puede formar Gobierno a cualquier precio. Que las urgencias no pueden ser excusa para legitimar políticas injustas. Necesita resignificar el concepto ‘orden’ y presentar su posición como una decisión que implica valentía, dar la vuelta a la polarización que impone el PP y reivindicarse como el líder que no se deja amedrentar por la presión de los poderes fácticos. También le dirá que no puede exigirle lealtad cuando votó ‘no’ a su investidura, en marzo.

LOS RECORTES

Es el gran argumento tangible. Sánchez evidenciará en su intervención que las políticas de austeridad implementadas por el PP solo han contribuido a abrir más la brecha entre ricos y pobres, que las clases medias han sido depauperadas y que necesitan con urgencia la ayuda de un Estado que ha estado más pendiente de satisfacer los criterios marcados por Bruselas que de apoyar a sus ciudadanos. Los recortes en sanidad, educación y la falta de dotación presupuestaria de la ley de dependencia estarán en el discurso. También algún gesto a las mujeres, como población que más sufre los envites de la crisis, y a las víctimas de violencia machista.

GOBERNAR SIN OPOSICIÓN

Sánchez explicará que el único propósito de Rajoy es utilizar la situación de bloqueo, el hastío de la población y la amenaza de elecciones en Navidad como chantaje para que el PSOE se abstenga y le permita gobernar. Acusará al líder del PP de coaccionarle cuando aduzca que solo le faltan seis votos para poder alcanzar la presidencia. Repetirá que lo que busca en realidad el candidato popular es poder seguir en la Moncloa sin que el resto de partidos ejerzan su tarea de oposición y que busca un cheque en blanco para perpetuar políticas neoliberales que han conducido al país al fracaso.

DESLEGITIMAR EL PACTO CON C’S

E es consciente de que el PP y Ciudadanos utilizarán en su contra el pacto que rubricaron el domingo y le recordarán que de las 150 medidas incluídas, por lo menos un centenar estaban también en el acuerdo que suscribieron PSOE y C’s en la investidura fallida del socialista. Para salir de esta pinza, argumentará que no solo son importantes las medidas pactadas sino el compromiso ético e ideológico de los dirigentes que se comprometen a aplicarlas. Sánchez tratará de demostrar que Rajoy no es creíble, que esas políticas son papel mojado y le recordará promesas incumplidas a lo largo de las anteriores legislaturas. También subrayará la falta de diálogo que le ha caracterizado y la incapacidad que ha demostrado durante los últimos cinco años para llegar a consensos para poner en evidencia la fragilidad del talante cooperativo del que ahora se jacta Rajoy.