En un contexto de máxima tensión en el pulso entre Gobierno y Generalitat, cuando la cuenta atrás para la aplicación del artículo 155 parece más difícil de detener, la ministra de Defensa visita Cataluña y marca perfil propio en el Ejecutivo. María Dolores de Cospedal se desplazará este martes desde Madrid para visitar al regimiento Arapiles, dividido en dos batallones que acogen a los agentes desplazados por la crisis destatada 1-O.

Por la mañana, visitará el del acuartelamiento de Sant Climent Sescebes, en Girona, donde se alojan 250 guardias civiles. Allí depositará una placa que le entregó el pasado 8 de Octubre, día de la patrona de la Guardia Civil, en reconocimiento al buen trato dispensado por el Ejército a los efectivos de la Benemérita y la Policía Nacional enviados a Cataluña. Por la tarde, Cospedal visitará el cuartel de El Bruc, en Barcelona, que acoge a otros 150 agentes.

Cospedal ha manifestado en sus últimas intervenciones que tiene la "casi completa seguridad" de que no será necesaria la intervención del Ejército en Cataluña pero que su obligación como ministra es tener todos los operativos preparados. También ha aludido en diversas ocasiones al artículo 8 de la Constitución, que hace referencia a la actuación de las Fuerzas Armadas para garantizar la soberanía nacional, aunque ha eludido confirmar que el Gobierno tenga planes para aplicar esta posibilidad como vía para atajar la crisis catalana.