La CUP rompe esta tarde su mutismo. Tras unas jornadas de debate interno, la fuerza independentista y anticapitalista ha convocado una conferencia para exponer sus condiciones cara a la nueva etapa abierta tras el 27-S. La intervención llega precedida de silencio sobre las negociaciones (si es que existen formalmente) y un ruido de presión creciente para que la CUP acabe cediendo y haga posible con sus votos la investidura de Artur Mas. En este contexto, el presidente de la ANC, Jordi Sànchez, advirtió ayer de que si no hay acuerdo para que Mas sea presidente, habrá que convocar nuevas elecciones.

La CUP expondrá hoy su hoja de ruta, y lo hará por partes: Benet Salellas abordará la propuesta de ruptura con el Estado; Eulàlia Reguant, el plan de choque contra la pobreza; Gabriel Serra, el proceso constituyente, y Josep Manuel Busqueta (diputado electo, como el resto de los ponentes) se encargará de hacer un «emplazamiento público», es decir, anunciar la lista corta de condiciones y demandas a Junts pel Sí para poder abrir negociaciones.

Solo 24 horas antes de esta conferencia política, Jordi Sànchez lanzó ya un aviso previo sobre las consecuencias de un no de la CUP a Mas: «Sería un problema, y lo digo abiertamente, ya tiene usted el titular», apuntó en una entrevista en Catalunya Ràdio. Y, sobre un posible voto negativo de la fuerza anticapitalista, añadió: «¿Sería un problema porque iríamos a unas elecciones? Escuchando lo que dicen unos y otros, probablemente. Pero la responsabilidad de la CUP y de Junts pel Sí no permitirá que, habiendo llegado a donde hemos llegado, tengamos que convocar a los ciudadanos a las urnas porque no haya acuerdo».

En línea con estas declaraciones, en CDC mantienen que Artur Mas ha de repetir en el cargo y que el programa de gobierno es negociable solo hasta cierto punto. «Tenemos tiempo; tarde o temprano investirán al president», afirma un conseller. También ERC se muestra optimista sobre un futuro acuerdo.

Por otra parte, una vez formulados estos principios, en Convergència se abren puertas discretamente sobre nombres alternativos. Y más allá de CDC, en Junts pel Sí existen también invitaciones al optimismo imaginativo: «Que Artur Mas sea nuestro candidato no es incompatible con hacer un sistema de liderazgo más coral, como ha sido nuestra campaña», afirmó el diputado electo de Junts pel Sí Toni Comín en una entrevista en El Siglo.

OTRO MODELO DE PARTIDO

Respecto a la estructura de la CUP, se asemeja muy poco a la de los partidos clásicos. Lo que esta tarde expondrán los hasta siete oradores de la fuerza anticapitalista es fruto de un laborioso trabajo desde las bases del partido y poco o nada tiene que ver con la política tradicional. Las más de 100 agrupaciones territoriales de la CUP alojan a casi 1.500 militantes. Ahí, en la base, es donde se ha discutido lo que hoy se expondrá. De estas agrupaciones territoriales salen los 60 miembros que forman el consejo político del partido, el órgano que el sábado pasado, reunido en Montesquiu, discutió por espacio de tres horas las conclusiones extraídas de la militancia. Pero no es el consejo político el que redacta la propuesta, sino el secretariado nacional, un órgano de 15 personas. Como se ve, se deja un margen de maniobra muy limitado a los negociadores.