Los Mossos d'Esquadra han detenido a 17 personas al desarticular un organización criminal que tenía un laboratorio clandestino en un piso del distrito de Sant Andreu de Barcelona, para tratar y adulterar cocaína.

La droga llegaba a Barcelona desde Suramérica a través de terceras personas (mulas) o por vía postal, y una vez procesada se distribuía por todo el país y especialmente en Mallorca.

Los detenidos, siete de los cuales han ingresado en prisión, tienen nacionalidad española, colombiana y venezolana, y a todos ellos se les acusa de los delitos de tráfico de drogas y de pertenencia a organización criminal.

Fuentes de los Mossos han informado de que la investigación se inició tras un incendio ocurrido el pasado 14 de noviembre en otro domicilio de Sant Adrià del Besòs (Barcelona), al detectarse gran cantidad de productos químicos y objetos que apuntaban a que en el inmueble se trabajaba con cocaína.

La droga llegaba a España impregnada en la ropa que llevaban los encargados de transportarla vía aérea, marítima o en yates de lujo, y una vez en Barcelona se devolvía a su estado original tratando las prendas con productos químicos.

Fuentes policiales han destacado que aunque habitualmente estas redes utilizan laboratorios instalados en polígonos industriales y granjas, alejados de los centros urbanos para pasar desapercibidos, en esta red los "cocineros" recuperaban la droga en un piso de la capital catalana.

El piso de Barcelona, alquilado a nombre de una tercera persona, contaba con la infraestructura necesaria para manipular y cortar la cocaína, pese a que esta práctica es muy peligrosa porque se trabajan con sustancias químicas muy inflamables, explosivas, corrosivas y tóxicas, que se evaporan y se mezclan en el aire.

Las detenciones se llevaron a cabo el pasado 30 de junio tras llevarse a cabo cinco entradas y registros en pisos de Barcelona, en uno de los cueles se encontró un laboratorio, y en un sexto inmueble situado en Sils (Girona).