La Fiscalía del Tribunal Supremo instará la reactivación de la orden de detención y entrega europea cursada contra el 'expresidente' de la Generalitat Carles Puigdemont, si se confirma que viaja este lunes a Copenhague para asistir a un debate del departamento de Ciencias Políticas de la universadad de la capital danesa, como ha anunciado. En un comunicado, la Fiscalía General del Estado ha anunciado que esa es su intención en cuanto tenga confirmación oficial por vía policial "de los movimientos del investigado Carles Puigdemont" para lograr su arresto por las autoridades danesas.

Fuentes fiscales explicaron que la salida de Bélgica hacen perfectamente viable solicitar al magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena la reactivación de la orden de detención y entrega europea y, tras sopesar adoptar una decisión definitiva "en función de las circunstancias concretas", finalmente ha decidido instarlo en cuanto se confirme su salida de Bruselas. Puigdemont es un huido que ha desoído las citaciones judicales y que ya solo permaneciendo en Bélgica se entiende que "persiste en su plan delictivo y sigue desarrollando acciones tendentes a su consumación", precisó el ministerio público este sábado para negar que este protegido con una supuesta inmunidad parlamentaria.

De vuelta a Bruselas

Dar curso a la petición fiscal solo corresponde al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. De poco serviría que se reactivara la orden europea de detención y entrega, si para cuando estuviera cursada, Puigdemont ya hubiera regresado a Bruselas, sobre todo si se tiene en cuenta que fue él el magistrado quien anuló las euroórdenes libradas cuando asumió la causa por rebelión, sedición y malversación en la que el 'expresident' está imputado, junto al resto del que fue su Govern.

De ahí que fuentes jurídicas descarten que el Tribunal Supremo tenga intención de reactivarla, aunque lo acabe solicitando el ministerio público. Sostienen que hacerlo, una vez retirada la que en su día había cursado la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, sería perjudicial no solo para la imagen de España, sino también para Bélgica y la propia Unión Europea.

Además, las euroórdenes pueden ser cursadas en cualquier momento de la instrucción por lo que no sería nada descabellado que el juez Llarena volviera a activarlas con la instrucción más avanzada o, incluso, una vez ya juzgados los más de 20 imputados que sí están a disposición de la justicia española.