Nuevo aprieto para el Gobierno de Pedro Sánchez. El buque Aquarius que navega cerca de las costas de Malta con 141 personas a bordo (73 menores), vuelve a hacer una llamada de socorro para poder atracar en un puerto español. El Ayuntamiento de Barcelona se ofrece para recibir el buque, pero por el momento el Ejecutivo de Madrid no desvela cuál es su posición. "Nada que decir" es toda la respuesta que fuentes de la Moncloa han dado hasta ahora, tras insistir en que las decisiones en asuntos migratorios deben ser comunes en el ámbito de la UE. Las medidas que el Gobierno español quiere impulsar a medio plazo vuelven a impactar con las urgencias de la inmediatez.

Mientras el Ejecutivo se posiciona, el buque espera poder atracar en algún puerto europeo. Italia, con su polémico ministro del Interior al frente, Matteo Salvini, se niega una vez más a abrir sus fronteras a los inmigrantes. El presidente de Médicos Sin Fronteras (MSF), David Noguera, ha confirmado que por ahora ningún gobierno se ha puesto en contacto con ellos y están, por lo tanto, a la espera de una respuesta.

Según sus cálculos, cuentan con víveres para entre cinco y siete días y piden a los mandatarios de la UE que hagan "una reflexión profunda" y autoricen su llegada a tierra.

Noguera ha defendido el derecho de los inmigrantes a solicitar asilo en Europa y ha recordado que el Aquarius se ha convertido ya en el único barco que está operativo en el Mediterráneo para rescatarles. Los desplazados por el Aquarius proceden mayoritariamente de Somalia y Eritrea.

La nueva llamada de socorro del Aquarius llega tras el entendimiento entre Sánchez y la canciller Angela Merkel para abordar los asuntos migratorios, tras su encuentro informal en Doñana el pasado fin de semana. Ambos mandatarios están determinados a exigir respuestas coordinadas de toda la UE, a establecer cuotas para que los países asuman parte de los desplazados de forma obligatoria y a priorizar las ayudas a Marruecos.