El Gobierno central intentará que no se vuelva a repetir la campaña de noticias falsas que detectó en las fechas en torno al 1 de octubre en las redes sociales. "Tendremos un celo especial contra los bulos que puedan afectar al desarrollo de la jornada electoral del 21 de diciembre. Es fundamental", afirman fuentes de la Moncloa. "Haremos desmentidos rápidos para evitar que se generalicen esas noticias falsas", resume sin querer dar pistas sobre qué herramientas utilizarán para lograrlo. Según estas fuentes, PSOE y Ciudadanos han pedido a Mariano Rajoy que tome cartas en el asunto.

Hace un mes, el propio Rajoy denunció públicamente que en los días previos y posteriores al referéndum independentista hubo "una gran avalancha" de las llamadas fake news, fruto de una operación "organizada", "para lanzar noticias falsas siempre contra España" (entrevista en Cope el 14 de noviembre). Rajoy fue todavía más allá y aseguró que esos mensajes en Twitter y Facebook habían partido de "robots" situados en Rusia (el 55%) y Venezuela (30%), una queja que sus ministros plantearon ante las instituciones europeas.

Merkel no llamó a Rajoy el 1-O

Ahora, la Moncloa, ante la crucial jornada electoral del próximo jueves no solo va a reforzar la seguridad en los colegios electorales, como anunció hace 11 días, y se asegurará de que no haya "interferencias de tipo informático", también asumirá una actitud proactiva para frenar las fake news. El Ejecutivo central no quiere que se vuelvan a repetir mensajes con imágenes de cargas policiales que no se habían producido el 1-O, algunas de las fotos de heridos que no eran ciertas o el bulo de que Angela Merkel le había llamado para preguntarle por la dura intervención de las fuerzas de seguridad en los colegios electorales.

Este mal uso de las redes sociales preocupa a la Moncloa, que por primera vez ha introducido en la estrategia de seguridad nacional la amenaza que suponen para España los ciberataques y la difusión de noticias falsas en internet.

Preocupación por las dudas sobre el recuento

De hecho, fuentes del Gobierno aseguran que han decidido dar este paso al frente porque consideran que el objetivo final de los mensajes es "difamar la democracia española" y tratar de desestabilizar España y, por tanto, Europa.

En este sentido, y para intentar de adelantarse a posibles denuncias sobre el recuento del 21-D, el equipo de Rajoy, que este jueves y viernes se encuentra en Bruselas para el Consejo Europeo de diciembre, está muy interesado en explicar a la prensa internacional que el sistema que se usa en España está blindado contra los pucherazos. En cada mesa electoral, las actas van firmadas por los presidentes, vocales e interventores y llegan en papel a los juzgados. Unos tres días después, los datos incluidos son procesados por las juntas electorales provinciales, que son las que proclaman los resultados definitivos. Lo único que podría pasar es que los piratas informáticos lograran tumbar la web en la que una empresa informática, en este caso Indra, colocará los números provisionales, que son los que los ciudadanos y los medios de comunicación consultan la noche electoral. Pero el número de votos final de cada partido lo proclama la junta electoral días después y contra eso, insiste el Gobierno, no hay ciberataque que valga.