Francisco Granados Lerena, uno de los "hombres fuertes" de Esperanza Aguirre en su etapa como presidenta de la Comunidad y del PP de Madrid, abandonó la política después de 15 años el pasado mes de febrero, precisamente salpicado por una cuenta bancaria en Suiza que este lunes ha llevado a su detención. Granados lleva alejado de la política tras abandonar en febrero tanto sus escaños en la Asamblea de Madrid como en el Senado como sus cargos en el PP de Madrid, cansado, según dijo, de que su partido lo apartara cada vez más.

Fue el 19 de febrero pasado cuando Francisco Granados reconoció que tuvo una cuenta a su nombre en Suiza entre los años 1996 y 2000 y anunció que al día siguiente renunciaría a sus actas de senador y diputado autonómico y abandonaría definitivamente la política después de 15 años para trabajar en la empresa privada, de donde salió en el año 2000. Aseguró que se marchaba cansado, descontento con la situación en la que estaba en el PP "desde hace tiempo" y "apenado" por la polémica en la que se había visto envuelto.

De carácter espontáneo y dicharachero, Granados se ha caracterizado siempre por su trato amable y dialogante con la prensa, que le causó no pocos disgustos con Aguirre, tanto en su etapa en la Comunidad de Madrid como en el partido. El político del PP era habitual en tertulias de medios de comunicación.

ESPIONAJES

Granados estuvo al lado de la presidenta primero como consejero de Transportes y después de Presidencia, cargo en el que hacía las veces de portavoz hasta que se vio envuelto en el escándalo de los supuestos espionajes a políticos de su mismo partido, un caso que sigue abierto en un juzgado de Madrid.

Para entonces, la relación de Aguirre y su consejero ya estaba muy "tocada"; la presidenta incluso dejaba entrever en público su distanciamiento con el que había sido durante años uno de los "primeros espadas" del Gobierno regional.

El 16 de junio de 2011, cuando Granados ya llevaba ocho años al lado de Aguirre en la Comunidad de Madrid, la presidenta lo destituyó de su cargo en el Gobierno regional, algo muy habitual en ella cuando alguien traiciona su confianza.

DESTITUCIÓN

Aguirre, sin embargo, mantuvo a Granados al frente de la secretaría general del PP de Madrid, oportunidad que el también exalcalde de la localidad madrileña de Valdemoro aprovechó para seguir en la primera línea de la política regional ideando los denominados "Desayunos populares de Madrid", un encuentro al que los periodistas asistían sabiendo que el anfitrión haría declaraciones sobre cualquier asunto, en su línea, sin pelos en la lengua y dando titulares explosivos. Aquello duró poco más de cinco meses, porque el 23 de noviembre de 2011 Aguirre destituía a Granados como secretario general del PP de Madrid alegando que el partido necesitaba "un nuevo impulso", para justificar que había perdido la confianza en él.

Y por si no fuera suficiente, los cargos que había tenido en la Comunidad y en el PP de Madrid de "número dos" de la presidenta fueron asumidos por Ignacio González, en quien Aguirre depositó la confianza que había retirado completamente a Granados. Un golpe bajo más, teniendo en cuenta que en la política madrileña era de sobra conocido que la relación entre Granados y González no se podría calificar precisamente de "amistosa". Desde entonces, Granados estuvo casi apartado de la política regional.

Así ha continuado todo hasta que el 19 de febrero pasado se desveló que tuvo una cuenta bancaria en Suiza, asunto sobre el que Esperanza Aguirre le exigió explicaciones, que, como ella misma ha dicho hoy, no son suficientes. Y en este sentido llegó a decir que para ella es "un drama" pensar que una persona de su confianza "se ha dedicado a robar, presuntamente".