Miquel Iceta hizo este lunes equilibrios para mantener la neutralidad en las primarias del PSOE y, al mismo tiempo, defender los postulados tradicionales del PSC. En un desayuno informativo en Madrid y ante dirigentes que apoyan a los dos aspirantes que han dado el paso, y también a Susana Díaz, que se supone que lo dará, apostó con claridad porque se reconozca el carácter plurinacional de España, en línea con la propuesta que presentó Pedro Sánchez el lunes en la multitudinaria presentación oficial de su candidatura. Si bien, abogó por ir paso a paso y avanzar tal como se hizo en 1978, primero poniendo sobre la mesa los puntos en común para, en una segunda fase, discutir sobre los elementos “de discrepancia”, entre los que se encontraría la definición de España.

En este sentido, reclamó que en el Congreso se cree comisión que empiece a estudiar “eso que algunos han denominado el ‘perímetro de la reforma’, en referencia a establecer cuáles serían las cuestiones a retocar, para después entrar al terreno de las propuestas concretas. “Si se empieza a trabajar ya, habría tiempo esta legislatura”, precisó después en declaraciones a este diario.

En la conferencia, Iceta hizo reiteradamente hincapié en la necesidad de no “perder ni un segundo de vista" que, para que la reforma fragüe, se necesita "consenso", y aseveró que este ya existe en su propio partido dado que el PSC respeta las líneas rojas de los socialistas andaluces y de otras regiones en torno a que no se quiebre la soberanía nacional ni la igualdad de derechos.

En este sentido, aseveró que Susana Díaz no es “centralista” y, en su opinión, está convencida de que Cataluña "tiene una fuerte personalidad que constituye una realidad nacional”. A este respecto, expresó que según muchos constitucionalistas catalanes el concepto de plurinacionalidad al que ahora se abraza Sánchez para relanzar su candidatura ya está reconocido en el artículo 2 de la Constitución. Si bien, subrayó que él cree que a España le convendría “reconocerlo sin ambages” y con una mayor concreción en la eventual reforma de la Carta Magna.