El considerado ‘número 2’ de la trama Gürtel, Pablo Crespo, y una veintena de acusados están quemando su último cartucho para tratar de retrasar el juicio que está previsto que comience el próximo martes contra el mayor caso de corrupción que afecta al PP, el relativo a las contrataciones realizadas por admnistraciones gobernadas por este partido y las empresas de Francisco Correa. Crespo recusó al magistrado José Ricardo de Prada y una veintena de acusados, entre ellos el extesorero del partido Luis Bárcenas, se ha ido adheriendo a la petición. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha designado hoy, por estricto orden de reparto, instructor del incidente al magistrado Javier Martínez Lázaro.

La defensa de Crespo ya había anunciado que en el caso de que la recusación le correspondiera a Martínez Lázaro le recusaría también, porque, según sostiene, apoyó al primer instructor el caso Gürtel,Baltasar Garzón, durante el juicio al que fue sometido por las escuchas que acordó en la causa y por el que acabó apartado de la carrera judicial.

El instructor del incidente de recusación es el que debe determinar si tramita o rechaza la pretensión de la defensa de plano, por extemporánea (las recusaciones sólo tienen alguna posibilidad de éxito si se presentan antes de 10 días después de conocerse el motivo por el que se produce la impugnación) o por falta de fundamento. Si acordara tramitar el incidente, el inicio del juicio podría tener que retrasarse, ya que hay muy poco margen para dejarla resuelta antes del día 4, que es cuando está señalada la vista oral.

Los motivos alegados por Crespo contra el magistrado De Prada, de talante progresista, es su amistad con el exjuez Baltasar Garzón y la supuesta relación profesional que mantendría su hija con un abogado que ejerce la acusación en otra de las piezas del caso, la relativa a los papeles de Bárcenas, en la que se investiga la caja B con la que el PP se financió durante al menos 18 años.