La izquierda aberzale ha expresado hoy, en un acto solemne, su "profundo pesar" por las consecuencias del terrorismo, y ha lamentado la "posición política" que ha mantenido en los últimos años, porque “ha podido suponer, no de manera intencionada, un dolor añadido o un sentimiento de humillación hacia las víctimas".
En una declaración sin precedentes, la antigua Batasuna ha dado un nuevo paso que pretende certificar su ruptura con el pasado. Tras haber admitido meses atrás el daño causado por el terrorismo, ahora reconoce que "en la crudeza del conflicto" les ha faltado sensibilidad hacia las víctimas de ETA, mientras que han mostrado más cercanía hacia otros damnificados por la violencia.
Cientos de personas han abarrotado el Kursaal de San Sebastián, en el que han estado presentes dirigentes de la izquierda abertzale como Rufi Etxeberria, Maribi Ugarteburu y Pernando Barrena, además de representantes institucionales de Bildu, como el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano.
En el documento hecho público hoy, que lleva por título "Construyamos la paz en el proceso democrático", la izquierda aberzale reconoce "sin ambages" su falta de sensibilidad hacia las víctimas de ETA y expresa su deseo de que este pronunciamiento "sea aceptado con la misma sinceridad con que se muestra".
Entre los retos que plantea a futuro, destaca el de avanzar hacia "una reconciliación desde el reconocimiento mutuo", un objetivo complicado para el que afirman estar "preparados". Para ello, muestran "con total sinceridad nuestro absoluto respeto hacia todas aquellas personas que han sufrido en este largo conflicto", al tiempo que matizan que no desean realizar "ninguna clasificación del dolor y el sufrimiento, ni ninguna equiparación entre los mismos".
El pronunciamiento también alude a las “políticas represivas” y de “guerra sucia” de los estados español y francés" como generadoras de violencia. Entre otras reclamaciones, apunta que el cese de la actividad de ETA no ha supuesto el final "de esas otras violencias", entre las que cita la actual política penitenciaria, "totalmente inhumana" y las torturas policiales.
Comisión de la Verdad
La izquierda aberzale considera "crucial" que se conozca el detalle sobre lo ocurrido en Euskadi en los últimos años, por lo que ha abogado por la creación de una Comisión de la Verdad, con dimensión "internacional e independiente”, que sea políticamente neutra y en la que no se produzcan exclusiones. Su misión sería analizar las causas y consecuencias del conflicto, así como los abusos que se hayan producido.
Esta comisión sería imprescindible, para el mundo de Batasuna, si se quiere evitar que se repitan los errores del pasado y se pretende alcanzar “una justicia verdadera y la reparación de todas las víctimas".
Al mismo tiempo, abogan por la implicación de todas las fuerzas políticas presentes en Euskadi en la construcción de la paz. Las claves de este trabajo conjunto serían, a su juicio, el uso exclusivo de métodos democráticos para afrontar un diálogo multipartito, el reconocimiento de la pluralidad de Euskadi y el respeto de todos los derechos, incluido el de autodeterminación.
Reacción del PP
El portavoz adjunto del PP en el Congreso de los Diputados, Leopoldo Barreda, ha declarado que en el documento presentado por la izquierda aberzale "no hay cambio, sino manipulación del lenguaje". Aunque ha admitido que aún no ha leído el texto completo, si ha avanzado que es es "insuficiente" porque "no rompe definitivamente con ETA".
A su juicio, lo que sí significaría "un cambio de actitud" y representaría la "llegada a la democracia" de la antigua Batasuna sería "exigir a ETA su disolución definitiva e incondicional, reconocer su responsabilidad en el daño causado, exigir la entrega de las armas, la colaboración con la justicia y reconocer la legitimidad de las instituciones".
Además, ha criticado que en el texto se "equipara a ETA con los demócratas, se equipara a las víctimas de ETA con no se sabe qué colectivos y se esfuerza en situar a ETA en el centro del debate en vez de exigirle su disolución".
