Para solventar el conflicto catalán «hay recorrido amplio en el ámbito de la Constitución y de sus posibles interpretaciones». Es una de las afirmaciones que Oriol Junqueras realizó ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena en su declaración del pasado 1 de diciembre. También ha trascendido la declaración que hizo el expresidente de la ANC, Jordi Sànchez, que ofreció al juez los mensajes privados que intercambió con el Gobierno de Mariano Rajoy hasta un día antes del referéndum del 1-O.

El líder de ERC afirma que «es evidente» que no comparte «ni política ni jurídicamente» el 155, pero añade: «también es evidente que el hecho de presentarnos (ERC) a las elecciones o de presentarnos ante la Audiencia cuando nos llamó demuestra nuestra actitud en este sentido».

Esta declaración se produjo días antes de que empezara la campaña de las elecciones del 21-D y se produjo a petición de Junqueras, que solicitaba al juez poder salir de la cárcel de Estremera, donde está en prisión provisional desde el 2 de noviembre, para poder participar en la campaña.

Junqueras también afirmó que como candidato asumía las decisiones que se derivan del 155 y mostró su firme rechazo a cualquier forma de violencia: «Nunca estaré a favor de la violencia, porque contradice todo lo que he dicho toda mi vida. Nunca estaré de acuerdo con la violencia por muchas razones de formación, ética, moral, educación, también por creencias religiosas... por muchas razones».

Por su parte, Jordi Sànchez aseguró al juez tener «sms con representantes del Gobierno que no hacían prever lo que ocurrió el 1-O». «Hubo muchas conversaciones, durante esos días, algunas de ellas con representantes del Gobierno de España, concretamente el 30 de septiembre. Y esas conversaciones algunas de ellas están en mensajes telefónicos guardados, no hacían prever en ningún caso lo que ocurrió el 1 de octubre», explicó el número dos de la lista de JxCat a preguntas del fiscal sobre la violencia el 1-O. En este punto, Sànchez ofreció al instructor aportar esos mensajes. «Son comunicaciones privadas que a mi me hacían prever la tensión del 1-O.