Metro de Madrid invertirá 140 millones de euros para eliminar todo el amianto de su red, tanto en los trenes como en las estaciones y diversas dependencias que albergan a su personal, según ha anunciado la empresa a los sindicatos.

El calendario presentado por la dirección a la comisión mixta constituida con sus trabajadores por la crisis del amianto prevé completar a finales de 2019 la retirada de piezas con asbesto de los 93 vagones que aún las llevan, con un gasto de cinco millones de euros. Mientras, y en el mismo plazo, también se retirará el mineral cancerígeno de los aislantes de 21 subestaciones eléctricas, con un coste de otro millón de euros. Pero el grueso de la inversión se la llevará la retirada de asbesto en 53 estaciones: 64 millones de euros en una primera fase, otros 27 en una segunda y 31 en una tercera, con un plazo final fijado para 2025. El resto de la inversión se gastará en sustituir uralitas de los techos de las subestaciones y otras dependencias (8 millones) y en la asistencia técnica para los trabajos (cuatro millones).

Se trata de eliminar toda la presencia de uralitas y otros combinados de amianto en cuartos de trabajo que nunca ve el viajero, como el que muestran las fotografías. En dependencias como esta, de la estación madrileña de Canillejas, han sido colocadas pegatinas muy visibles que advierten de la presencia del elemento tóxico y que prohíben, entre admiraciones y "terminantemente", taladrar o cortar paredes o techos sin autorización.

La estación de Canillejas había sido remodelada recientemente dentro del Plan de Modernización de estaciones del Metro de Madrid, pero esa modernización no alcanzó para retirar el amianto.