Mientras Junts per Catalunya y ERC siguen negociando el futuro de Carles Puigdemont, el Gobierno central reclamó ayer a Ciudadanos que tome la iniciativa para intentar desbloquear la situación y no espere a que todo se plantee «desde Madrid». La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, elevó el tono contra Inés Arrimadas y le instó a que haga valer su triunfo el 21-D y «dé la batalla». La número dos de la Moncloa dijo que está «atenta» al informe que los letrados del Parlament tienen que dar a conocer de forma inminente sobre cuándo empiezan a contar los dos meses de plazo para nombrar al president por si tiene que tomar alguna decisión y avisó a Roger Torrent de que una investidura simbólica (algo que ve «ridículo») también incumpliría las decisiones del Tribunal Constitucional.

Santamaría cree que el presidente de la Mesa no puede bloquear la investidura sine die. En la Moncloa ven que Torrent entra ya en una fase «delicada» si no asume su cargo y «pone orden» entre los soberanistas. Además, fuentes gubernamentales también avisan de que una posible reforma de la ley de la Presidencia para poder elegir a Puigdemont requiere el apoyo de una mayoría cualificada, que supone 90 escaños. Junts per Catalunya, ERC y la CUP suman 70 diputados.

La tendencia alcista de Ciudadanos en los sondeos y el bloqueo de la investidura están aumentando el nerviosismo en la Moncloa, que ve cómo el 155 se alarga y muchas otras cosas se paran, como los Presupuestos y el modelo de financiación autonómica.

En la Moncloa creen que Arrimadas podría ser más dura con Torrent y pedirle que convoque la Mesa. Según el reglamento del Parlamento catalán, ese órgano que regula el funcionamiento de la Cámara solo lo puede reunir el presidente, así que en el equipo de la lideresa de Ciudadanos lo consideran tiempo perdido. Sí que podría intentar forzar una Junta de Portavoces, que se puede convocar con la quinta parte de los diputados, un número al que llegan los naranjas.

La presión a Arrimadas podría aumentar todavía mucho más si los letrados llegan a la conclusión de que el reloj no ha echado a andar todavía. Si la dirigente de Ciudadanos consiguiera que Torrent la propusiera a una investidura, sin éxito, eso podría ayudar a «unir a los independentistas».

Pedro Sánchez, en cambio, denunció la «parálisis» en este caso del Gobierno. El líder del PSOE defendió ante sus diputados el apoyo al 155, pero achacó a Rajoy la falta de propuestas.