La victoria de Pedro Sánchez en las primarias socialistas del pasado domingo fue tan rotunda, con una diferencia de 10 puntos frente a Susana Díaz, que los líderes territoriales críticos con el nuevo secretario general concluyen que no tiene sentido, al menos de momento, mantener el pulso interno. Los barones han intercambiado impresiones en los dos últimos días, y admiten, incluida la presidenta de Andalucía, que la militancia les ha derrotado y ahora solo queda dejar margen de maniobra al nuevo secretario general. En el equipo de Sánchez también se abre paso el pactismo, si bien con algunas disensiones, una actitud que se está comenzando a plasmar en la elaboración de las listas de los cerca de mil delegados que participarán en el próximo congreso del PSOE, que tendrá lugar en Madrid del 16 al 18 de junio.

El proceso es complejo, y en un contexto de guerra interna podría provocar que el cónclave saltara por los aires, pero esa no es la intención mayoritaria en ninguno de los dos lados. Los colaboradores de Sánchez ya han propuesto a las federaciones socialistas que los nombres de los elegidos para participar en el congreso se pacten entre todos. La elaboración de esas listas conjuntas, continúa la oferta, debería reflejar los resultados de las primarias. Díaz ganó en Andalucía, así que la mayoría de delegados de esa comunidad serán afines a su presidenta, pero en el resto de territorios (con la excepción de Euskadi, donde venció Patxi López) ocurrirá al revés: los ‘sanchistas’ tendrán más votos.

EL PROYECTO Y LA EJECUTIVA

Esta segunda fase de la renovación en el PSOE es casi tan importante como la primera: el congreso del partido deberá aprobar el nuevo proyecto político, ratificar a Sánchez como secretario general y nombrar a los integrantes de la ejecutiva y el comité federal. Los partidarios del recién elegido líder temían que los fieles a Díaz, que controlan los aparatos más importantes, intentasen utilizar este poder para nombrar a la mayoría de delegados, evitando así que Sánchez pudiese pilotar este proceso con libertad.

El peligro está en vías de desterrarse. Varios barones, como el extremeño Guillermo Fernández Vara y el asturiano Javier Fernández, apoyan la idea de elaborar listas conjuntas. La presidenta de la Junta no ayudó a calmar los ánimos en sus primeras palabras tras la derrota, donde se puso “a disposición” del PSOE y no de Sánchez, pero el pasado lunes, a su regreso a Sevilla, se enmendó a sí misma. “Ahora toca arrimar el hombro y ayudar a Pedro”, dijo. Otros siguieron este martes el mismo camino. El aragonés Javier Lambán, uno de los más críticos con el líder, a quien llegó a calificar en octubre de concursante de ‘Operación Triunfo’, dijo en Zaragoza: “Todos somos de Pedro Sánchez”.

Pero este ambiente proclive al acuerdo no impide que los partidarios del ganador se planteen presentar candidatos alternativos a los actuales barones en los congresos de las federaciones, que tendrán lugar a partir de junio. El propio Lambán, como el valenciano Ximo Puig, podría ser relevado. La continuidad de Díaz, que cuenta con el apoyo de las bases andaluzas, parece asegurada. Aun así, por si acaso, la presidenta de la Junta ha decidido adelantar las primarias en su comunidad para cortar el paso a sus críticos.