El paso al frente dado por Patxi López ha creado un profundo malestar en la gestora del PSOE. Dicen que este no era el momento. Pocas horas más tarde de que su presidente, Javier Fernández, pidiera el pasado sábado a los socialistas que se centraran en las “preocupaciones” de los “ciudadanos” y no en las luchas de poder, y de que el comité federal aprobase sin apenas división interna el calendario orgánico (congreso a mediados de junio y primarias para elegir al nuevo líder en mayo), el exlendakari anunció que se presentaba para intentar ser el próximo secretario general. Un día después se estrenó como aspirante marcando distancias con la dirección interina del partido, a la que acusó, sin citarla, de acercarse en exceso al PP.

Varios miembros de la actual cúpula, donde la andaluza Susana Díaz es la preferida para hacerse con las riendas del PSOE, se lamentaron este lunes de que la imagen de relativa unidad haya durado tan poco. Con Podemos “en plena guerra entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón”, y con el PSOE “empezando a arreglar su patio”, sostiene esta versión, era el momento de centrarse en las propuestas, como pidió Fernández, y esperar a la convocatoria oficial de las primarias, prevista para marzo, para que empezase la carrera por el liderazgo. “Pero López ha dado al traste con todo este enfoque. Ahora solo volveremos a hablar de la lucha interna, cuando todavía quedan cuatro meses para las primarias. Se le va a hacer larguísimo. ¿Y todo para qué? ¿Para evitar que Pedro Sánchez se presente y descolocar un poco a Díaz?”, se preguntaron estas fuentes.

PACTOS CON EL PP

“La militancia empezaba a decir: ‘¿Qué pasa aquí? ¿Es que no hay nadie dispuesto a dar el paso al frente’”, señaló este lunes López para justificar su temprano anuncio. Fuentes de su equipo fueron más allá. “La gestora se ha equivocado con la fecha, dilatando demasiado la celebración de las primarias y el congreso, que deberían tener lugar mucho antes. Y la presentación de López fue exquisita. No hubo críticas y así seguirá toda la campaña”, señalan. En la Ser, el exlendakari negó que se presentara tan pronto para impedir el paso al frente de Sánchez (ambos se mostraron contrarios a la traumática abstención ante el PP y competirían por lograr el apoyo del mismo segmento de las bases) y afeó a la gestora el haber sidopoco “exigente” en las negociaciones con el Gobierno que se saldaron con el aumento del 8% en el salario mínimo interprofesional. “Se podría haber logrado más”, dijo.

Sus palabras causaron sorpresa en la gestora y el grupo parlamentario, porque el encargado de pactar esta medida con el Ejecutivo fue el diputado Rafael Simancas, que ahora tiene un importante papel en el equipo de López. Simancas estuvo al lado de Sánchez hasta que cayó, pero casi todos los integrantes de este colectivo, incluyendo a los barones críticos con la gestora, se han desplazado hacia el exlendakari. Estos movimientos reducen en principio las posibilidades de que el antiguo líder se presente a las primarias, pero quienes le conocen señalan que se trata de un dirigente “imprevisible”. Sigue teniendo un enorme tirón en la militancia gracias a la bandera del “no es no”, además, y su reducido núcleo duro le anima a dar el paso.

Díaz, mientras tanto, se toma las cosas con mucha más calma. Hará en los próximos tiempos actos con la militancia más allá de Andalucía, empezando por Castilla y León esta semana, pero no contempla postularse a corto plazo, señalan sus colaboradores.