La victoria de Pedro Sánchez como líder reelecto del PSOE puede dar un giro sustancial a la moción de censura que Unidos Podemos ha planteado contra Mariano Rajoy, que se debatirá el 13-J en el Congreso. Fuentes del partido de Pablo Iglesias admiten que confían en que el nuevo jefe socialista abogue por la abstención en el pleno tras la conversación que ambos líderes mantuvieron el lunes.Sus socios catalanes, En Comú Podem también confirman que esperan "como mínimo la abstención" y que tras la campaña de Sánchez en las primarias verían "incomprensible" un voto en contra. La neutralidad no evitaría el fracaso numérico de la moción, pero sería un importante gesto simbólico en pos de la alianza anti-Rajoy que Sánchez e Iglesias empiezan a explorar en esta nueva etapa.

Podemos da por perdida la victoria matemática (PP, Ciudadanos yPNV votarán en contra) y se centra en conseguir un triunfo moral. La abstención de Sánchez sería un revulsivo. El número uno socialista ha mantenido desde el principio que no respaldará una moción "perdedora", pero no ha especificado que el voto del PSOE sea en contra. Los morados confían en que Sánchez se distancie de la posición fijada por la gestora, que mostró un rechazo rotundo en cuanto conoció la iniciativa. “No es el momento de ponernos las cosas difíciles entre nosotros”, alegó este miércoles su portavoz, Irene Montero, quien pidió a Sánchez que “reflexione”.

PERFIL PROPIO

En primer lugar, Sánchez evidenciaría el cambio de rumbo que supone su regreso a la secretaría general. Mostraría un perfil propio y evitaría quedar arrinconado entre los que sostienen a Rajoy. Sería también un escudo, puesto que se evitaría que Podemos pudiese reprocharle que votó junto al PP y C’s para mantener al presidente .

Además, la abstención permitiría a Iglesias y Sánchez empezar a tejer la alianza anti-Rajoy que buscan. Siguen siendo dos líderes que mantienen un recelo mutuo, pero ambos parecen haber asumido que necesitan un cierto alineamiento más allá de la rivalidad que mantienen por seducir al mismo electorado.

Para Iglesias la abstención sería un capote en una situación especialmente delicada. El jefe podemista sabe que perderá la moción y busca una victoria moral, simbólica, que trascienda la mera votación parlamentaria. Por eso trató de recabar el apoyo de la calle en la concentración de la Puerta del Sol y sabe bien que la abstención socialista le daría oxígeno. La neutralidad del PSOE evitaría la imagen de prácticamente todo el arco parlamentario en contra, máxime en un debate en el que las reglas del juego pueden fijarse en su contra.

Rajoy delegará en su portavoz el debate y lo mismo podrían hacer Ciudadanos y el PNV para ningunearle. Además, el Congreso especula con concentrar todo el debate en un único día para restar trascendencia al enfrentamiento.