Una escalada de desencuentros entre los Mossos d’Esquadra y las Fuerzas de Seguridad del Estado marcó los primeros días de investigación de los atentados de Barcelona y Cambrils, aseguran fuentes de la Seguridad del Estado un año después.

El pulso lo libraron la Guardia Civil y la Policía Nacional intentando conseguir información sobre lo que estaba pasando y los Mossos bloqueándola para no perder el control de la investigación, considerando exclusivas sus competencias, relatan esas fuentes. Al cierre de esta edición, y tras 30 horas de espera, los Mossos no han dado a este diario su versión sobre estos hechos.

La tensión creció durante ocho días, hasta que el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu puso orden. Y no se apagó después, cuando la tensión política de septiembre y octubre distanció aún más a las fuerzas policiales.

NOCHE DEL 16 DE AGOSTO

Vuela el chalé de Alcanar. Llegan los Mossos… y la Guardia Civil. Fuentes del instituto armado en Cataluña aseguran que entre los efectivos que acudieron había TEDAX (expertos en explosivos) de Tarragona, pero no se les permitió el acceso. La dirección de la Guardia Civil no corrobora ni desmiente a este diario esta versión. Un detallado informe cronológico de actuaciones de los Mossos de la región Tierras del Ebro incluido en el sumario obvia, pese a su minuciosidad, la presencia de los guardias.

MADRUGADA DEL 17 DE AGOSTO

Los TEDAX de la Policía Nacional ofrecen colaboración a los Mossos d’Esquadra. La respuesta que reciben es: «Gracias. Si os necesitamos, os llamamos». Tres horas después de la explosión, a las 2:03, los Mossos llaman al móvil de la jueza de guardia en Amposta, Sonia Nuez. Cuando llaman, según la letrada de Justicia, sospechan que lo que ha explotado es un laboratorio de drogas. De haberse barajado un acto terrorista desde el principio, «se habrían ganado valiosas horas de investigación», sostienen las fuentes consultadas.

MAÑANA DEL 17 DE AGOSTO

A las 9, los TEDAX de los Mossos entran a inspeccionar los escombros, pero el resto del operativo policial catalán no hace caso de la Circular 50, instrucción de Interior común a todos los cuerpos por la que en el lugar de una deflagración solo pueden estar los expertos en explosivos (salvo si hay que sacar heridos) hasta asegurarse de que no habrá más explosiones. En el recinto han entrado otros mossos, bomberos, la comisión judicial y un conductor de excavadora.

TARDE DEL 17 DE AGOSTO

Poco antes de las 17.00, una segunda explosión en Alcanar hiere a 16 personas entre mossos, bomberos y el maquinista.

Antes, los Mossos investigan en los ficheros de la Dirección General de Tráfico los vehículos hallados junto al chalé. Aparece como titular de uno de ellos Houssein Abouyaqoub, hermano de Younes, que esa tarde perpetrará la matanza de La Rambla. A las 14.15 y a las 15.09, mossos de Tierras del Ebro llaman al móvil de Houssein para hacer comprobaciones. Los terroristas se enteran de que los mossos van tras ellos.

A las cinco, agentes de la Policía Nacional en Barcelona tienen conocimiento por redes sociales de un atentado en La Rambla. Cuando llegan está todo acordonado por mossos que les dicen que no pueden pasar; según las mismas fuentes. Los policías hacen una gestión extraoficial con la Guardia Urbana para poder entrar. Después de las 19.00 se crea un centro de coordinación entre cuerpos policiales en la sede de los Mossos. Participa un alto oficial de la Guardia Civil y un inspector de la Brigada de Información de la Policía.

En las reuniones, según las fuentes de la Seguridad del Estado, son frecuentes las salidas de los mossos a despachar con sus superiores. Cada vez que vuelven, sus interlocutores de Guardia Civil y Policía les preguntan: «¿Alguna novedad?» y los mossos, repiten: «Nada». La tensión en el grupo de coordinación crece. El policía llama a su jefe: «No sé qué hago aquí. No nos dicen nada. Sabes tú más fuera que yo dentro».

MADRUGADA DEL 18 DE AGOSTO

Poco después de las 2.00 un jefe de la Brigada de Información de Barcelona llama al subordinado destacado en el centro de coordinación: «¿Te has enterado de lo de Cambrils?». Le contesta que no le han avisado. «No sé qué hago aquí, si no me dicen nada», se queja. A la 1.07 un mosso había alertado del atentado en Cambrils. En 20 minutos, los Mossos han recibido 22 llamadas más de vecinos.

El asesino de La Rambla está fugado. Su documento de identidad estaba en la furgoneta. La Policía, siempre según las mencionadas fuentes, pide en vano a los Mossos su identidad y copias de grabaciones de las videocámaras de La Rambla.

18 DE AGOSTO

Mossos y guardias civiles realizan detenciones conjuntas en Ripoll. Sus imágenes trabajando codo con codo dan la vuelta a las televisiones. Rajoy y Puigdemont, el conseller Joaquim Forn, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro Juan Ignacio Zoido se reúnen con jefes policiales. El día anterior Rajoy ha comparecido por un lado y Puigdemont por otro. Durante la reunión, el mando de la Guardia Civil se queja en voz alta de que no está circulando la información. Zoido sale de la reunión declarando que la coordinación es buena.

19 DE AGOSTO

Los Mossos no han compartido los papeles de Abdelbaki Es Satty, imán de Ripoll, recogidos en los escombros de Alcanar. La tensión entre cuerpos es muy alta. Las fuerzas estatales siguen sin conocer oficialmente el hallazgo de una tablet.

22 DE AGOSTO

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, asegura en TVE que hay «na coordinación muy estrecha» entre Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona.

A las 14:00, el Sindicato Unificado de Policía y la Asociación Unificada de Guardias Civiles ponen voz en una airada nota a lo que no sale por vía oficial. Denuncian «la exclusión y aislamiento sufrido por ambos cuerpos durante la investigación y la gestión del atentado sufrido en Barcelona» y la achacan al «objetivo único» de la Generalitat de «transmitir una imagen al exterior de nuestras fronteras de Estado catalán ‘autosuficiente’».