Un policía nacional ha negado este lunes en el juicio de diez acusados de pertenecer a una célula yihadista ubicada en Terrassa (Barcelona) que diera un chivatazo a los investigados de que estaban siendo seguidos por los Mossos d'Esquadra, que desarticularon el grupo en 2015.

La Audiencia Nacional ha reanudado el juicio de la 'operación Caronte', en la que los Mossos d'Esquadra desarticularon una célula que presuntamente planeaba atentar en lugares emblemáticos de Barcelona como el Parlament, por lo que se enfrentan a una petición de la Fiscalía de entre 7 y 19 años de cárcel.

Este lunes ha concluido la prueba testifical con las declaraciones de cuatro policías nacionales y cinco mossos y este martes empezarán a declarar los primeros peritos. Uno de los policías nacionales ha explicado que fue objeto de denuncia por supuesto delito de revelación de secretos por los Mossos d'Esquadra por haber realizado en noviembre de 2014 un supuesto chivatazo a los investigados de que estaban siendo seguidos por estos últimos aunque ha recordado que fue archivada por la Audiencia Nacional.

RECONOCE CONTACTO CON UN CONFIDENTE

Ha recordado que coincidieron en Terrassa con mossos d'Esquadra en seguimientos de personas pero en operaciones antiyihadistas diferentes cerca de la mezquita y en la avenida de Barcelona de esta localidad.

Ha reconocido que contactó con un confidente pero no para darle ningún soplo sino para recabar una información que estaba "de sobra justificada, pero jamás se le dijo que los mossos les investigaban".

Dicho colaborador policial es una de las dos personas que supuestamente se presentaron en una reunión de presuntos miembros de la célula yihadista para avisarles de que estaban siendo investigados por los mossos y que en breve tiempo podrían ser detenidos según han manifestado diversos miembros de este último Cuerpo durante la vista.

REUNIÓN CON LOS MOSSOS

El policía nacional ha comentado que en el marco de las investigaciones de los diferentes cuerpos policiales en Cataluña se producían "pequeñas colisiones" pero "de esta entidad fue la primera vez". Y ha apostillado: "No sé por qué esto se convirtió en el mal llamado chivatazo, y si los mossos nos hubieran pedido explicaciones se las habríamos dado".

Este lunes también han declarado un comisario y otro miembro de los servicios centrales de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional y el jefe de la Brigada Provincial del mismo Cuerpo en la época de los hechos.

Han recordado que en octubre de 2014 fueron citados a una reunión de coordinación por los Mossos d'Esquadra porque habían detectado presencia de policías nacionales varios días durante los seguimientos que estaban haciendo de los investigados.

UN AGENTE ENCUBIERTO

Han explicado que en la reunión se decidió que los Mossos se encargaran de la operación ya que la tenían muy avanzada incluso con un agente encubierto y con unas diligencias ya abiertas en la Audiencia Nacional.

Por su parte el comisario jefe de la Comisaría General de Información de los Mossos han comentado que tras la reunión de octubre con policías nacionales agentes de su Cuerpo detectaron más coincidencias con policías nacionales.

Y el subinspector jefe del Área de Información Exterior de los Mossos en la época de la operación ha indicado que además detectaron que el citado confidente había tenido una reunión con dos policías y que luego fue una de las dos personas que avisaron a los miembros de la célula en una de sus reuniones de que estaban siendo vigilados y que por eso decidieron comunicarlo al juez.

Este testigo ha dicho que de todas formas la célula siguió con sus planes de cometer atentados en Barcelona.