Mariano Rajoy desea que el congreso del PP, que se celebrará a mediados de febrero, sea los más pacífico posible, para trasladar la imagen de que mientras Podemos -que celebrará su asamblea los mismos días- y el PSOE no se ponen de acuerdo ni su ideario ni en su líder, los populares son un valor seguro y estable. Su puesto no está en cuestión y el único debate abierto es si María Dolores de Cospedal, ahora ministra de Defensa, continuará como secretaria general.

En este contexto, se han presentado 4.000 enmiendas a las ponencias destinadas a poner al día el proyecto político y los estatutos , la mayoría sin trascendencia. La que más eco ha tenido ha sido la llamada 'enmienda Cifuentes'. El PP de Madrid, cuya gestora dirige la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, se atrevió reclamar la introducción de primarias en el partido, si bien evitó este término, que los populares denostan, y lo denominó "un militante, un voto".

Para evitar que la enmienda llegara viva al congreso y se generara un debate incómodo, el presidente del Gobierno pidió al vicesecretario de organización del PP, Fernando Martínez-Maillo, que buscara un entendimiento con Madrid y ambas partes han llegado a un pacto que despeja el camino, al menos en este asunto, para que el cónclave nacional sea tranquilo. Cifuentes ha aceptado retirar la enmienda a cambio de que los congresos regionales y locales sí puedan ser asamblearios.

Es decir, se mantendrá la propuesta diseñada por Maillo de elegir al líder nacional -en el futuro, no en febrero- por un sistema de doble vuelta, primero votan los militantes y luego los compromisarios, y se introducirá una transación que permitará a las federaciones, con autorización previa, la elección directa de sus presidentes. La fórmula elegida ya se contempla en los estatutos y consiste en convertir en delegados a todos los militantes, pero ahora se le dará mayor cobertura.

De esta forma, Cifuentes sí podrá ser elegida por el sistema un militante, un voto. Los populares valencianos también reclamaban retocar la doble vuelta y aceptan la transacción. Ahora falta por ver si Maillo convence a la dirección de esta comunidad de que rebaje su pretensión de que se limiten los cargos, una polémica que podría afectar a Cospedal.