El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha insistido este jueves en que no tiene intención de ser candidato en las próximas elecciones catalanas, saliendo así al paso de la presión de algunos sectores del PDECat para que aclare ya su futuro político. "Hace un año no sabía que sería 'president', pero puedo asegurar que el año que viene no seré 'president'", ha afirmado el jefe del Govern.

"Esta es una legislatura de 18 meses, que se acaban en verano. Nos hemos comprometido a convocar elecciones constituyentes como máximo seis meses después del referéndum, y mi tarea termina con este propósito. No tengo ninguna vocación de ser candidato", ha explicado Puigdemont en una entrevista en la cadena SER, en la que también ha participado la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Como ya escenificaron en la reciente cumbre del Parlament, Puigdemont y Colau han coincidido en que ahora deben centrarse todas las energías en la consecución de un referéndum pactado con el Estado. Pero ante la nula perspectiva de acuerdo con el Gobierno del PP, la alcaldesa ha reclamado a la Generalitat "garantías" de que la consulta unilateral que persigue será "efectiva", y no una repetición del 9-N.

Puigdemont ha concretado entonces que el referéndum será efectivo "si la ciudadanía lo hace efectivo", situando como listón de legitimidad "el 50% más uno de los votos" a favor de la independencia. "Si la mayoría de la población participa, el referéndum tendrá validez. ¿Qué mayoría sería válida para legitimar la dependencia de España? ¿El 50% más uno? Pues lo mismo valdría para legitimar la independencia. Pero estamos dispuestos a negociar con el Estado otro quórum", ha zanjado el 'president'.

LAS CONDICIONES DE COLAU

Por su parte, Colau ha subrayado como condiciones para avalar el RUI que los partidarios del 'no' a la secesión "también se sientan llamados a participar", que se aclare el papel de los funcionarios y que tenga reconocimiento internacional.

El 'president' no ha descartado una próxima reunión con el jefe del Ejecutivo central, Mariano Rajoy, pero ha restado credibilidad a la denominada 'operación diálogo' porque la posición del Gobierno del PP contra el derecho a decidir de Cataluña no ha variado.