Nadie asume el error de traducción en la demanda belga contra el juez Pablo Llarena. La defensa del expresident Carles Puigdemont sostuvo ayer que el cambio de las palabras atribuidas al juez en el texto inicial de la demanda -de las que podría inferirse una falta de imparcialidad respecto a la investigación a los líderes del procés- no puede ser atribuido en ningún caso a una supuesta manipulación posterior a la traducción al castellano del citado documento procesal.

Según la documentación remitida por las defensas a Europa Press, el mencionado error -figura la expresión oui c’est ce qui s’est produit que significa «sí, eso es lo que sucedió», cuando Llarena había usado el condicional al citar los posibles delitos cometidos por los procesados: «si eso es lo que sucedió»- figuraba en la documentación remitida a la agencia de traductores. Esta versión no cuadra con la de la intérprete, que sostuvo 24 horas antes que ella se limitó a traducir en su totalidad el documento en francés que se le remitió por los abogados belgas, puesto que en su declaración jurada sí se respetan las palabras reales pronunciadas por Pablo Llarena, dejando en condicional la supuesta comisión de delitos por Carles Puigdemont y sus exconsellers.

MANIFESTACIÓN EN CASTELLANO / Según las mismas fuentes, la explicación de lo ocurrido estriba en que la intérprete no tradujo dicho párrafo del francés, contrariamente a lo que ella afirma, y acudió directamente a la manifestación en castellano que también figuraba en el documento, cosa que no advirtió en un pie de página, por ejemplo. Esta es la razón por la que el error se arrastró hasta la presentación de la versión definitiva. Por todo ello, los letrados del expresidente catalán rechazan que se pueda hablar de manipulación alguna y ya han anunciado que pondrán en conocimiento de la justicia belga, en la vista prevista para el próximo martes, el citado error. El coordinador de la defensa de los políticos independentistas encausados, Gonzalo Boye, ya negó taxativamente el pasado martes que exista cualquier «alteración». El supuesto error fue descubierto por un profesor de francés hispanohablante que alertó en redes sociales.