Rodrigo Rato, exvicepresidente del Gobierno de José María Aznar y expresidente de Caja Madrid y de Bankia, deberá sentarse en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional por el caso de las 'tarjetas black'. Lo hará junto con otro expresidente de la caja de ahorros madrileña, Miguel Blesa, el exdirector general de medios de la entidad financiera, Ildefonso Sánchez Barcoj, y resto de usuarios de las tarjetas opacas.

El juez Fernando Andreu, responsable de la instrucción del caso, ha emitido el auto de acusación basándose en el escrito de la fiscalíaen el que se reclama a Rato cuatro años y seis meses de prisión, multa de más de 100.000 euros y una indemnización de 2,6 millones de euros por haber mantenido el sistema que ideó su antecesor en la caja, Miguel Blesa. Para este, el fiscal solicita seis años de prisión, multa de 100.000 euros y una indemnización de 9,3 millones de euros. La fiscalía también acusa a otros 64 usuarios de estas visas. Las black fueron usadas por 88 personas entre el 2003 y el 2012 y su gasto alcanzó los 12 millones de euros.

Según Andreu, hay indicios suficientes de administración desleal por parte de Blesa, Rato y de Sánchez Barcoj con el propósito de apropiarse de forma continuada e indebidamente del patrimonio de Caja Madrid y Bankia. "Resulta meridianamente claro que los hechos anteriores, y el delictivo uso dado a las tarjetas de crédito hubiese sido imposible sin la participación de los presidentes de las entidades durante el tiempo que fueron utilizadas las tarjetas, y sin la colaboración necesaria del director del comité de medios", concluye el magistrado.

Para Andreu, los tres pusieron en funcionamiento y mantuvieron un sistema corrupto de despatrimonialización de las entidades al tiempo que fueron beneficiarios de las tarjetas, por lo que detecta también indicios de apropiación indebida.

Además de esta causa, Rato tiene abiertos otros frentes judiciales en relación con el origen poco claro de su patrimonio personal.