Hagamos cábalas a partir de las encuestas. Imaginemos que el PP gana las elecciones, Unidos Podemos queda segundo, el PSOE, tercero y Ciudadanos, en cuarto lugar. Hay que pactar la investidura si no se quieren repetir elecciones. ¿Facilitaría Albert Rivera un gobierno del PP presidido por Mariano Rajoy? ¿Lo haría sin con ello imposibilitara una alianza de PSOE y Podemos en la Moncloa? En los últimos días, al decir que priorizaban el proyecto a las personas, alguien pudo pensar que el presidenciable del partido naranja empezaba a suavizar su veto al mandatario conservador, pero este jueves ha sido tajante: ni si quiera se abstendrá para facilitar la investidura de un jefe del Ejecutivo popular si este es Rajoy.

Rivera ha dejado "bien clara" dicha posición este jueves en el foroPrimera Plan@ que organiza EL PERIÓDICO, en el que ha vuelto a desplegar un abanico de reparos a la permanencia del actual líder popular al frente del Ejecutivo central. En el debate a cuatro ya le dijo en la cara que debería "reflexionar" sobre su continuidad; incluso le acusó de haber cobrado "sobres" procedentes de lacorrupción. "Si hay un fin de ciclo no se puede seguir con el mismo entrenador. Yo quiero un presidente al que no le chantajee nadie, un presidente que no envíe mensajes a un delincuente", ha rematado en esta ocasión. No ha dejado lugar a dudas por mucho que el PP siga agarrado a un clavo ardiendo y no deje de recordar que Ciudadanos también dijo que no apoyaría a Pedro Sánchez tras el 20-D si quedaba segundo y finalmente acabo firmando un pacto de gobierno con él.

FRENAR EL INDEPENDENTISMO

Para Ciudadanos parece a veces casi tan prioritario ser decisivos en la gobernabilidad como evitar que Podemos esté en el poder. Aunque quede segundo, que no cuente Pedro Sánchez con ellos para ese "gobierno del cambio" si ello implica el concurso de la fuerza morada. Vayamos entonces al flanco opuesto, a un Ejecutivo capitaneado por el PP. Sea con o sin Rajoy (aunque la segunda opción facilitaría mucho las cosas), Riverra ha insistido en que no estarán en ningún ejecutivo que no ataje la corrupcción, que no tenga las manos limpias y, también, que siempre tenga en mente la palabra mágica para los naranjas: "regeneración", un cambio que modernice España y que sirva con ello para evitar en Cataluña que "el independentismo canalice la indignación".

Ciudadanos tiene en su mano mejorar en Cataluña los resultados del 20-D y subsanar así la caída en otras zonas. Tanto es así que su estrategia en esta campaña catalana ha sido la de reforzar el origen de su candidato. “Un presidente catalán para liderar España”, reza su eslogan para el 26-J en esta comunidad. Llevado a la práctica, “un nuevo gobierno de España que escuche, dialogue y que haga reformas” hará que los catalanes se sientan cómodos en él y no quieran marcharse, ha insistido Rivera. Sus recetas en este sentido ya las ha venido desgranando desde hace tiempo: modernizar la Administración, reformar el sistema de financiación "en los primeros meses de gobierno" y "no dejarlo pudrir como ha hecho el PP por falta de coraje de reunir a sus barones" y también flexibilizar el pago de la deuda de las comunidades autónomas a cambio de reformas. A saber: eliminar los consejos comarcales, las 'embajadas' y reducir el número de empresas públicas.