Pedro Sánchez ha argumentado este martes que si hay problemas en la educación de Catalunya no es por el sistema de inmersión lingüística, sino por la ideología que imponen algunos profesores. “El problema no son las lenguas, sino las palabras que se usan para las lenguas como factor de división”, ha dicho en Tele 5 el líder socialista.

“El problema no es la lengua catalana; es el adoctrinamiento que se está dando en Catalunya en algunos centros educativos”, ha añadido, en referencia al anuncio del Gobierno de que estudia echar mano del artículo 155 de la Constitución para que el castellano sea vehicular en los colegios públicos de la comunidad autónoma. La iniciativa, no concretada por el momento, ha puesto de manifiesto las distintas sensibilidades del PSOE en este asunto. Mientras presidentes como el castellano-manchego Emiliano García-Page y el aragonés Javier Lambán critican el sistema de inmersión lingüística, Sánchez lo respalda.

“Estamos en una situación completamente irracional en Catalunya”, ha continuado el secretario general del PSOE después de que el presidente del Parlament, Roger Torrent, propusiera la investidura como 'president' de Jordi Sànchez, líder de la ANC, en prisión preventiva por un presunto delito de sedición. “La candidatura de Jordi Sànchez ofrece las mismas salidas que la de Carles Puigdemont. Ninguna. Cero. El independentismo está renunciando a gobernar. Está en la ceremonia de jugar a elegir a un presidente”, ha sostenido.

La cuestión de confianza

Un día después de anunciar que exigiría una cuestión de confianza a Mariano Rajoy si no logra aprobar los Presupuestos Generales del Estado, Sánchez se ha esforzado en describir al jefe del Ejecutivo como un indolente que solo pretende conservar el poder. El líder del PP, ha dicho el jefe de la oposición, es “un conductor dormido al volante de un país”, un “presidente que se bunkeriza”, cuyo proyecto político se “limita a vivir en la Moncloa y no hacer nada”.

A diferencia de la moción de censura, la moción de confianza es una prerrogativa del jefe del Ejecutivo, que puede someterse a este instrumento cuando así lo desee. Si la mayoría simple de los diputados respalda al presidente se considera que este tiene la confianza del Congreso. Si no es así, debe presentar su dimisión.