Pedro Sánchez ha empezado y acabado su primera intervención en el pleno sobre la corrupción de este jueves con menciones al auto del juez Pablo Ruz del día anterior, en el que acusó al PP y a Ana Mato, que dimitió como ministra de Sanidad, de haberse lucrado con la red Gürtel. En el centro del discurso, sin embargo, han estado las propuestas del líder socialista para lograr la “regeneración” de la política, una empresa para la que Mariano Rajoy, a su juicio, no está “capacitado”.

“Usted no está en condiciones de liderar la regeneración que vive España. España necesita formas radicales en regeneración y en limpieza. Usted, por su trayectoria, no está capacitado ni legitimado para liderarlas”, ha dicho el jefe de la oposición tras acusar al presidente del Gobierno de vivir “atrincherado en la sede del PP, pagada con dinero negro”.

Pero han sido excepciones dentro del discurso. Sánchez ha apuntado a la responsabilidad de Rajoy en los múltiples casos de corrupción que afectan a su partido, pero no ha llegado a pedir la dimisión del jefe del Ejecutivo. “En el mismo auto, el PP aparece como partícipe a título lucrativo de la trama, igual que la señora Mato. Alguien tendrá que afrontar sus responsabilidades a nivel de partido”, se ha limitado a decir el secretario general de los socialistas, para quien Rajoy “no entiende en absoluto lo que está ocurriendo en España”.

LAS INICIATIVAS

Consciente que el habitual y tú más en el que se enzarzan los partidos a cuenta de la corrupción es muy perjudicial para el PSOE, cuyo electorado suele castigar tanto por los escándalos como por los ajenos, Sánchez ha dejado claro que los trapos sucios existen en todas las siglas. “No hay partidos inmunes a la corrupción”, ha sostenido antes de señalar que él “no ha recibido sobres”, ni hay ningún “tesorero” socialista en “la cárcel” (en contraste con la situación de Luis Bárcenas), pero que considera “más honesto” debatir sobre “cómo prevenir y castigar la corrupción” que centrarse en “quién es más corrupto”.

El líder del PSOE ha admitido que puede haber “coincidencias” entre las medidas que él propone y las del Gobierno, pero ha descartado un pacto de Estado en esta materia. Sánchez ha dedicado gran parte de su discurso a trasladar sus iniciativas anticorrupción. Entre otras, prohibir los indultos a los condenados por corrupción, centralizar en la Audiencia Nacional todos los escándalos, ampliar la ley de transparencia y el plazo de incompatibilidades y que la Agencia Tributaria certifique el patrimonio de todos los altos cargos cuando asuman su puesto y cuando lo dejen.