Pedro Sánchez ha vuelto a pedir este lunes, durante una conferencia en Madrid, que todos los contrarios al PP se concentren en torno al PSOE. Si eso no ocurre, el “cambio”, la idea sobre la que gira toda la campaña socialista, no será un realidad. “Si dependo de Pablo Iglesias no seré presidente del Gobierno”, ha señalado el líder y candidato socialista, apelando al voto útil como hizo en la campaña de diciembre.

El mensaje de Sánchez para evitar el ‘sorpasso’ pronosticado por varias encuestas de Unidos Podemos, la coalición formada por el partido morado e IU, se basa en recordar que Iglesias ya pudo contribuir al desalojo de Mariano Rajoy de la Moncloa y no lo hizo, al rechazar sumarse al pacto del PSOE y Ciudadanos. “Si el PSOE no gana las elecciones no habrá cambio. Si dependo de los votos de Iglesias, estoy convencido de que nunca apostará por un presidente socialista. El problema de Iglesias nunca fue el acuerdo, sino votar a favor de un presidente socialista. Si dependo de Iglesias, no seré presidente del Gobierno”, ha señalado el secretario general, que el domingo celebró un acto de autoafirmación, en el que participaron los líderes territoriales y los principales referentes de su partido, para hacer frente a los malos pronósticos ante las elecciones generales del 26 de junio.

LOS AJUSTES

El candidato socialista, que ha participado en el foro Nueva Economía, también se ha detenido en la carta que Rajoy envió a principios de mayo al jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. En ella, el presidente en funciones se compromete a aplicar nuevos ajustes si es reelegido tras los comicios, según publica este lunes ‘El País’. Sánchez ha exigido al líder del PP que detalle “qué recortes quiere hacer”, porque “los españoles tienen derecho a saberlo”.

A juicio del líder del PSOE, Rajoy está haciendo ahora lo mismo que hizo en el 2011, justo antes de llegar a la Moncloa, cuando prometió que bajaría los impuestos y no tocaría el Estado del bienestar, algo que no cumplió. Frente a estas “mentiras sin pudor”, Sánchez ha defendido llevar a cabo una “auditoría de los gastos superfluos” y una reforma fiscal para que no pague más “la clase media y trabajadora”, pero sí “los grandes patrimonios”, todo ello sin afectar a las políticas sociales.