Pedro Sánchez ha mostrado este martes el escaso efecto que tienen sobre él las feroces críticas del PP por su actitud dialogante con la Generalitat. Los populares han aprovechado su pregunta al presidente en el Senado para acusarle de "legitimar" a los "golpistas", mientras el líder socialista ha insistido en sus recetas territoriales. Las ha resumido en tres palabras: "Ley, diálogo y convivencia".

El jefe del Ejecutivo no se ha referido a la Diada de este martes, protagonizada por la situación de los dirigentes independentistas presos. Tampoco ha expuesto nuevas ideas frente a la situación en Catalunya. Junto a la exposición habitual, tendiendo la mano a Torra pero dejando claro que el Gobierno “hará cumplir la ley”, Sánchez ha incidido en la actitud actual del PP. Sobre todo, en comparación con la que tenían los conservadores hace apenas 100 días, cuando Mariano Rajoy estaba en la Moncloa.

"Cuando el PP está en la oposición, siempre ocurre lo mismo. El sentido de Estado brilla por su ausencia. Ustedes van a impregnar la vida política de dudas, de sombras, de preguntas capciosas", ha dicho el presidente, acusando al partido que lidera Pablo Casado de "dividir" la sociedad.

Ignacio Cosidó, el nuevo portavoz del PP en el Senado, le acababa de preguntar por "el proyecto xenófobo y excluyente de [Quim] Torra y [Carles] Puigdemont". "¿En qué términos va a entablar diálogo con Torra? ¿Cuáles son los límites? ¿Qué referéndum propone usted? ¿Qué precio ha pagado usted por llegar a la Moncloa y hasta dónde está dispuesto a llegar para seguir siendo presidente del Gobierno?", le ha dicho Cosidó, para quien “el diálogo con los golpistas es un tremendo error". Primero, porque "solo sirve para fortalecerlos, legitimarlos y envalentonarlos". Y después, porque "no lo merecen".

Pero Sánchez ha insistido. "Ley y diálogo. Siempre hemos creído que solo hay una legalidad. En democracia se tiene que acatar la legalidad y las sentencias. Pero también diálogo. Hay que apostar por el diálogo con la ciudadanía catalana. Uno de los principales problemas de Catalunya es la convivencia, no la independencia. Hay que abrir un diálogo entre catalanes. De Catalunya con Catalunya. Eso es lo que tiene que hacer el Govern. Y el Gobierno de España tiene que animar a ese diálogo", le ha contestado Sánchez.

Ante la acusación de cierta tibieza, incluso de cooperación con el independentismo para mantenerse en el poder, Sánchez ha recordado que los dos referéndums sobre la independencia de Catalunya se llevaron a cabo estando Rajoy en la Moncloa. "El cambio era esto -ha ironizado el presidente-. Ver a un partido regresando al pasado, al agravio territorial. El cambio era volver a ofrecer a los españoles un proyecto de división. A base de hacer oposición al Gobierno están haciéndose oposición a sí mismos. ¿Entonces Rajoy, cuando intentó el diálogo, cuando intentó hacer lo mismo que estamos haciendo nosotros, qué era? ¿Era eso un síntoma de debilidad? ¿De traición a España?", ha concluido Sánchez.