El Parlament vivirá hoy un pleno que marcará el rumbo que seguirá política catalana en los próximos meses. Los partidos independentistas mostrarán hasta qué grado quieren llevar el enfrentamiento con el Estado. Todo apunta a que, al menos de momento, no será hasta el máximo, porque tras una jornada de negociaciones la CUP ha aceptado suavizar su propuesta de reafirmar la declaración unilateral de independencia del pasado 27 de octubre.

Los negociadores de Junts per Catalunya lograron que la situación de los diputados investigados no se vea más comprometida, si no hay cambios de última hora. Los posconvergentes y la CUP acordaron una fórmula de consenso con la que buscan evitar repercusiones legales y, a la vez, subrayar la «deriva autoritaria del Estado español» y el aval que Carles Puigdemont recibió en las elecciones del 21 de diciembre.

La CUP obligó a JxCat a estudiar un texto mucho más duro de lo que el grupo de Puigdemont había previsto en un principio para subrayar la legitimidad del expresident. Aprobar las enmiendas de los antisistema habría supuesto ratificar la DUI de octubre, que provocó el encarcelamiento, la imputación o la huida de sus principales líderes.

El pleno se pronunciará sobre cinco propuestas de resolución -presentadas por Ciutadans, JxCat, Catalunya en Comú, PSC y PP-, pero la del grupo de Puigdemont centrará la atención. La presión de la CUP estuvo a punto de cambiarlo todo, porque pretendía que el Parlament se reafirmara en «la proclamación de Cataluña como un Estado independiente en forma de República». Finalmente, los posconvergentes transaccionarán algunas de las diez enmiendas de la CUP a su texto, según fuentes del grupo. La propuesta se rematará en una reunión interna este mañana, pero son optimistas.

La sola aceptación a trámite de las enmiendas de la CUP ya provocó ayer el primer enfrentamiento. Tanto los representantes de Ciudadanos como el del PSC en la Mesa se opusieron a su admisión, y el secretario general y el letrado mayor Cámara apoyaron su visión: según fuentes presentes en la reunión, advirtieron a los independentistas de que podrían contravenir resoluciones del Tribunal Constitucional. Pero Roger Torrent y el resto de miembros de ERC y JxCat de la Mesa desoyeron estos avisos.

JxCat y ERC, después de unas accidentadas negociaciones que aún no han concluido, habían conseguido ya pactar un armazón de legislatura. Habían previsto que el Parlament tratara de investir la semana que viene a Jordi Sànchez, y que Puigdemont encabezara desde Bruselas un Consell de la República. Este nuevo organismo, al margen de la legislación española, estaría formado por tres miembros de JxCat, tres de ERC y uno de la CUP, además del expresident. La militancia de los antisistema se pronunciará en asambleas hasta el sábado, cuando el Consell Polític de la formación tomará una decisión definitiva. La doble estructura se consagraría con un acto en Bélgica, el próximo lunes, y con la sesión de investidura en el Parlament, el martes y el miércoles de la semana que viene.