Iñaki Urdangarin es el único preso varón en la cárcel de Brieva (Ávila) y será también el recluso más solitario de toda la pequeña y tranquila penitenciaría. Vive en un pabellón aislado del resto de las internas, lo que algunos funcionarios conocen como zona Roldán, en alusión a donde cumplió condena el exdirector general de la Guardia Civil entre 1995 y 2005. Esa zona lleva sin ocuparse regularmente por presos desde que Luis Roldán se fue. Anteriormente, pasaron por ahí algunos colaboradores del juez Baltasar Garzón en su lucha contra el tráfico de drogas y el terrorismo.

Se trata de un pequeño pabellón habilitado cuando fue construida la prisión, a finales de los años 80, y que servía para acoger temporalmente a hombres delincuentes que eran detenidos en la provincia de Ávila. Tiene cinco celdas alrededor de una pequeña sala de estar con silla y mesa. Solo la del cuñado del Rey, condenado a cinco años y diez meses de prisión por el Tribunal Supremo, está ocupada.

‘Papillon’

Si Urdangarin lo quiere, puede comprar una televisión en el supermercado de la cárcel y colocarla allí, de la misma forma que lo hizo Roldán en su día. También puede acceder a los libros disponibles en la biblioteca de la cárcel. Algunas encuestas de Instituciones Penitenciarias en prisiones españolas revelaron que los dos libros más solicitados eran el Código Penal (para pleitear y plantear recursos) y la novela Papillon, donde un preso llamado Henri Charrière narró su calvario y fuga de una cárcel en la Guayana francesa y que protagonizó en el cine Steve Mc Queen.

Durante su estancia en Brieva, Iñaki Urdangarin no tendrá contacto de ningún tipo con las otras 93 presas. No comparte patio, ni zonas comunes con ellas, ni podrá apuntarse a ninguna actividad o talleres en los que emplean su tiempo las internas (teatro, gimnasia, costura…).

El pabellón donde cumple condena tiene salida, eso sí, a un pequeño patio, de unos 24 por 7 metros y también entrada a un cuarto que puede servirle para hacer ejercicio con pesas y una bicicleta estática. No podrá ir siquiera a misa de domingo a la capilla junto al resto de las reclusas que lo hagan voluntariamente. Si lo pide, eso sí, podrá recibir asistencia religiosa en privado.

Reformas

Las únicas personas a las que verá con cierta regularidad el exduque de Palma durante su estancia en prisión serán los funcionarios encargados de vigilarlo y también los que le lleven cada día el desayuno, la comida y la cena, que también hace ya en total soledad. Se trata del mismo régimen carcelario en que vivió el exdirector de la Guardia Civil, que se quejaba especialmente del frío. Urdangarin no tendrá el problema delexpolítico aragonés, ya que ese pabellón fue reparado hace dos años con obras y reformas que mejoraron mucho el sistema de calefacción.

También podrá acudir a los servicios médicos si lo necesita. Y recibirá visitas, al ser un preso clasificado en segundo grado. No tiene restringidas las comunicaciones y, al igual que hizo Luis Roldán con la que entonces era su pareja, Urdangarin podrá ser visitado semanalmente y tener encuentros quincenales (conocidos como vis a vis) con su esposa, la infanta Cristina, que tendrían lugar en el mismo pabellón donde cumple la pena.