Abrumado por los miles de comentarios recibidos en las redes sociales tras escribir en Facebook que se sentía "gilipollas" después de visitar Cataluña y comprobar la falsedad de los "tópicos malignos", el vicesecretario de Coordinación Política del PP de Andalucía, Toni Martín Iglesias, dice estar satisfecho de la “ola de afecto y empatía recibida, al margen de lo que piensa cada uno”. A su vez, lamenta que algunos hayan hecho un uso partidista de su comentario, aunque reconoce el distanciamiento de los partidos con el día a día de los ciudadanos de Cataluña.

-¿Era la primera vez que visitaba Cataluña?¿Cómo surgió la visita a Girona?

-Había estado otras veces en viajes de trabajo de apenas unas horas, en algunas reuniones de partido por ejemplo en Castelldefels, pero nunca a título particular. A nosotros nos gusta mucho viajar, pero con tres hijos y mi mujer desempleada es muy difícil hacer los viajes que quisiera, así que nos apuntamos a una plataforma de intercambio de casas. Una familia de Girona nos sugirió el cambio y allá que nos fuimos el 27 de diciembre.

-En su comentario en las redes hablaba de “tópicos malignos”. ¿A qué se refería?

-Son cosas que están ahí desde no se sabe cuándo, y los andaluces también los sufrimos, como el del vago o el de la fiesta. Me refería a la dificultad que genera la lengua, esa leyenda urbana de que siempre te contestan en catalán aunque les hables en castellano, que es lo que no me ha pasado. Nadie sabe de dónde surgen, no son verdad, y cuando hay situaciones complicadas como el momento actual, se complican más las cosas. Yo no he querido pontificar, solo dar las gracias por la buena acogida a un padre de familia de visita turística.

-Calcula que su comentario ha llegado ya a casi tres millones de personas ¿Le ha sorprendido la reacción? ¿Qué le comentan?

-Hay muchos compañeros de partido, hijos de emigrantes -como el propio presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno-, que me han abrazado emocionados, porque Cataluña es tierra de inmigrantes, y hay muchos que se han reconocido en mi comentario. Que llegaron a vivir y trabajar en Cataluña hace décadas con la idea de una tierra difícil y vieron lo mismo que yo.

-¿Qué le parecieron las 'estelades' en los balcones? ¿Se sintió cómodo?

-Tengo responsabilidades en el PP y todos saben lo que opina el partido. Ya sabía que colgaban en algunas casas, pero en otras no. No soy tonto y sé que no es lo mismo ir de visita que vivir allí. Hay quien vive situaciones problemáticas y exclusión, que condeno totalmente y que deben perseguirse porque no son propias de un Estado de derecho. Pero mi mensaje no tiene que ver con eso, insisto. Lamento que se haya roto la magia y haya degenerado en una situación partidista, que algunos hayan aprovechado para intentar lanzar una piedra contra el presidente Mariano Rajoy. Es una pena, yo me quedo con la emoción general de la gente.

-Con un 'post' en las redes está haciendo más por acercar posturas con Cataluña que algunos partidos. ¿Cree que ha faltado diálogo respecto a Cataluña?

-Dicen que, a veces, las buenas palabras no son suficientes para arreglar algo, pero las malas sí contribuyen, y las mías no iban a hacer daño a nadie. La mayoría de las respuestas al 'post' han culpado a los políticos y a los medios de comunicación de la situación que se vive en Cataluña en estos momentos. Y es verdad que a lo mejor es un problema tan profundo que ha obligado a los partidos a ir muy de frente, a hacer políticas más duras, y los ciudadanos de a pie con problemas similares a los ciudadanos de otras comunidades no se han visto reflejados en esa forma de hacer política. Es difícil dedicarse a la política allí, pero yo me quedo con lo vivido, lo que me ha encantado, y espero que sea el inicio de algo más profundo.