Elena Valenciano, exvicesecretaria general del PSOE con Alfredo Pérez Rubalcaba, exintegrante de la gestora que tomó el control del partido tras la dimisión de Pedro Sánchez y actual eurodiputada, estaba en condiciones de convertirse en la nueva presidenta del Grupo Socialista en la Eurocámara. Es una dirigente respetada por su larga trayectoria, y el puesto quedará vacante si Gianni Pittella, su actual inquilino, consigue en marzo un escaño en el Senado italiano, como es previsible. Aunque Valenciano no se había postulado, su nombre estaba en todas las quinielas, junto al del alemán Udo Bullmann. Pero su candidatura ha tenido una corta vida. Sánchez no la respalda, lo cual no tendría mayor trascendencia si no fuera porque este veto ha reabierto la batalla entre el secretario general y sus críticos, que habían estado callados desde las primarias del pasado mayo. Susana Díaz, rival de Sánchez en las elecciones internas, expresó este miércoles su malestar. También el PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, atacó al líder socialista por su falta de apoyo a la antigua número dos de su partido.

“No quiero ni pensar que sea por el apoyo que [Valenciano] me dio a mí, no quiero pensar que fuera por eso. No, me niego a pensar que sea eso”, señaló la presidenta de Andalucía en Telecinco. “Cada vez que he ido a Bruselas ella me ha ayudado muchísimo y he visto el prestigio y la autoridad que tiene. Me gusta que una mujer española sea reconocida”, añadió.

Díaz, que coincidirá con Sánchez el próximo 28 de febrero en Sevilla con motivo del Día de Andalucía, no fue la única líder territorial que afeó el veto a Sánchez, que según el secretario general del PSOE obedece solo a una cuestión de tiempos. A la actual legislatura comunitaria solo le queda un año, y Sánchez aspira a colocar a la próxima candidata del PSOE a las elecciones europeas, que será mujer (se desconoce por el momento el nombre), como líder de los socialistas en la Eurocámara.

La dirección socialista considera que si da ahora la batalla por Valenciano tendría menos opciones de optar al puesto dentro de un año, pero el argumento no ha calado entre los barones críticos, que consideran que tras el rechazo de Sánchez se esconde una venganza por el respaldo de la eurodiputada al fracasado intento de Díaz por alcanzar el liderazgo del PSOE.

“Tengo un gran aprecio por Elena Valenciano. Es una persona muy válida. No sé en el PSOE cuál es su posición, pero pienso que siempre que sea posible apoyar a personas válidas para defender los intereses del partido y de España es positivo”, dijo el presidente valenciano, Ximo Puig. Incluso el líder del PSC, Miquel Iceta, alineado con Sánchez, dijo que Valenciano sería “una grandísima portavoz”. Aun así, añadió que el PSOE está “haciendo un cálculo de preferir tener el portavoz del grupo en la próxima legislatura, porque la actual se está acabando”.

El paralelismo con De Guindos

En el PP, mientras tanto, se aprovecha el malestar interno en el PSOE. El mismo Rajoy ligó el rechazo de los socialistas a Valenciano con el de la candidatura de Luis de Guindos, todavía ministro de Economía, para alcanzar la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE), puesto al que accederá a finales de mayo. “Mejor no digo nada, simplemente me limito a recordar lo que pasó con el señor De Guindos y la señora Valenciano, demostrativo de la inteligencia y el patriotismo que tienen ustedes”, dijo el jefe del Ejecutivo durante la sesión de control en el Congreso. La portavoz socialista, Margarita Robles, contestó al líder del PP que debía preocuparse por sus “políticas de género” y por la brecha salarial, que en España “es de 23 puntos en contra de las mujeres”. No por Elena Valenciano.