Una inusual actividad de los damnificados por ETA flanquea la resaca tras el acto de Cambo-les-Bains. La Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) eligió presidenta ayer en Madrid a Maite Araluce, que promete «no ceder un ápice» ante el blanqueamiento de la historia de la banda. Al tiempo, la Diputación de Guipúzcoa -que presidió José María Araluce, padre de Maite, asesinado por ETA en 1976- homenajeó a las víctimas en San Sebastián por impulso de Maixabel Lasa, viuda del gobernador civil Juan María Jáuregui, asesinado en el 2000. Y en Pamplona, Unión del Pueblo Navarro convocó a 300 vecinos para recordar al concejal Tomás Caballero -ETA lo mató el 6 de mayo de 1998- mientras, desde Bilbao, el sindicato Esan publicó un vídeo sobre ocho ertzainas muertos y cinco heridos en atentados.

En Madrid, en una manifestación de la plataforma Jusapol, la eurodiputada Maite Pagazaurtundua -ETA asesinó a su hermano Joseba el 8 de febrero del 2003- tildó de «lobi pro presos» a los gobiernos vasco y navarro. «Tras tanta propaganda -dijo a este diario-, las víctimas y los intelectuales reaccionaremos contra este juego de cartas marcadas»

En la misma línea, la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) llevará al Parlamento Europeo (del 9 al 13 de julio) la exposición sobre el atentado de Hipercor. El presidente de la entidad, José Vargas, ve «inevitable» que se acerque a presos de ETA al País Vasco: «Mientras cumplan íntegra su pena, me da igual que sea aquí o en China», dijo. Su línea roja es otra: «Redoblaremos la atención para que no nos tomen el pelo con beneficios penitenciarios».

LA NUEVA PRESIDENTA / Por su parte, Maite Araluce, como nueva presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo, manifestó su esperanza en que el gobierno neutralice cualquier intento de la banda de «sacar algún tipo de beneficio a su supuesta disolución» y reclamó la detención de los terroristas huidos y la incautación de las armas y los zulos pendientes de entregar.

También aseguró que confía en que el Gobierno no tenga la tentación de ofrecer a ETA nada por esta supuesta disolución, es decir, que no cambie la política penitenciaria, no haya acercamiento de presos y se cumplan íntegramente las condenas.