Hoy comienzan las fiestas en honor del copatrono de Borriol, Sant Vicent Ferrer i Miquel, quien cuando contaba 60 años, en 1410 (y quizá también en la Cuaresma del año anterior), un mes de abril, visitó la población, alojada entonces, mayormente, en la antigua Morería, junto a la iglesia, en la que convivían cristianos, moros y judíos. De él recuerda la tradición innumerables anécdotas y algún milagro. En el año 1667 se edificó la actual ermita a la que cada año, cada lunes siguiente a Pascua de Resurrección, acuden los borriolenses a besar la piedra sobre la que predicó el santo y a celebrar una fiesta típica en su honor.

La fiesta reviste un carácter muy popular, si bien los actos han ido creciendo en número y diversidad en estos últimos tiempos. Antaño se reducían a la romería por el antiguo Camí Vell hasta la ermita en donde se celebraba la misa con el canto de los gozos populares, hoy, desde el año 1978, escritos en valenciano; por la explanada y alrededores tenía lugar, como ahora, la fireta en la que era preceptivo regalar a los niños y niñas el producto estrella: una pelota atada a una cinta de goma. Era el distintivo de haber asistido a la ceremonia.

CULTURA

Ayer comenzaron los actos con exposiciones, conferencia y la III Nit del Cant Valencià, que atrae a numeroso público. Espectáculos taurinos, entre ellos el bou embolat, satisfarán a los aficionados en algunos días, así como carreras con perros y la innovación de estos últimos años sobre un producto delicioso y popular como es el concurso de coques fullades. Junto a estos actos, concierto de la banda local, actuación de dulzaina y grupos musicales, talleres, etc. Destacable es el Certamen Popular de Paelles en su XXVI edición en la Plaça de la Font que cada año acoge a muchos participantes. El mundo de la pirotecnia es de larga tradición: cohetes aéreos acompañan a la procesión desde la iglesia parroquial de San Bartolomé a la ermita en donde este año actuará en la explanada el Grup de Danses l’Hereu. Después de la misa, el típico esmorzar y la visita a la feria. Y al regreso de la procesión en la calle Sant Vicent el no menos típico disparo de la larga traca hasta la Plaça del Pou en donde una mascletà dará fin al acto.

Es obvio destacar la VII Trobada de Boixeteres, la visita guiada al Museo de Historia, el concurso de palomos deportivos y el ambiente festivo y popular que se respira en esta fiesta tan atractiva y tan emotiva para los borriolenses, cuya devoción al santo es bien patente. Autoridades, religiosas y civiles, asociaciones y borriolenses en general contribuyen al éxito de las jornadas.