Los empresarios difieren a la hora de valorar los mercados, pero todos coinciden en que el resultado, a nivel global, ha sido tremendamente positivo.

El director general de Azteca, Vicente Nomdedéu, remarca en su balance que la feria «ha sido positiva», pero lanza una advertencia: «Aunque las cosas van mejor, no nos podemos descuidar. Hay que recordar lo que ha pasado y por qué, aprovechar el momento para que no vuelva a ocurrir. No podemos olvidarnos de que 60 empresas se han quedado por el camino».

Y ha ido mejor porque tanto el mercado nacional como el internacional han aportado más visitantes. Los directivos destacan que incluso los rusos han estado en Cevisama. El director general de Ceracasa, Carlos Cabrera, detecta «una reactivación» en este sentido. Lo que sí valora también es «una mayor prudencia por parte de los compradores». «La cosa mejora, pero los pedidos se hacen de manera más prudente», insiste, ante la falta de estabilidad en los principales mercados internacionales. «Hay una racionalización», apunta.

«Ha sido una feria fantástica», remata el gerente de Fanal Cerámicas, Carlos Fabregat, para quien Cevisama ha servido para «ampliar la cartera de clientes del mercado nacional», y para constatar que el interés «de más clientes internacionales», si bien admite que esparaba «más visitantes del Reino Unido». «Hemos cerrado negocio», certifica.