T ierra de contrastes, abierta, plural, acogedora y llena de matices, la Comunitat Valenciana vive estos días la celebración de las Fallas en numerosas poblaciones. Y en la provincia de Castellón, Burriana, Benicarló, la Vall d’Uixó y Almenara plantan sus monumentos que son visitados por miles de turistas cada año. «Porque si existe un valor que nos hace únicos y nos posiciona frente a otros destinos competidores ese es la hospitalidad», señalan desde la Agència Valenciana del Turisme que dirige Francesc Colomer. Y este carácter abierto y hospitalario que define a los valencianos, en general, y a los castellonenses se pone de manifiesto en celebraciones multitudinarias como las Fallas, que estos días reciben a numerosos visitantes atraídos por monumentos espectaculares y coloridos, además de por la riqueza cultural, histórica, gastronómica y por un clima privilegiado.

La AVT ha previsto más de 200 acciones dirigidas a todos los sectores que tienen que ver con la atención al visitante. «Todos tenemos un papel que desarrollar como embajadores de hospitalidad y la capacidad de contribuir a que el visitante se vaya con la mejor de las sensaciones, con el recuerdo de haber vivido una experiencia única», señalan. Colomer considera que «las Fallas son un gran reclamo para nuestros visitantes y, a buen seguro, serán un éxito para la hostelería y la hotelería», mérito que, una vez más, atribuye al «sector y a la sociedad».

«Desde el gobierno valenciano debemos aprovechar estos visitantes para transformarlos en prescriptores de la Comunitat Valenciana», concluye.