laia Tirado y Edurne Giner serán las encargadas de representar el espíritu de la fiestas de Sant Pere del Grao. Y es que ambas ostentan este año el título de reinas de los festejos.

La representante mayor, de tan solo 18 años, encara las fiestas con ilusión y ánimo. “Espero con muchas ganas de la torrà de la sardina y el día de Sant Pere. Son los actos que más representan a todos los vecinos por su tradición”, declara. La joven revela que entre sus actos favoritos se encuentran las exhibiciones taurinas. “Todos los días seguiré, junto a la reina infantil, los bous desde el cadafal”, explica.

Además de junto a la pequeña Edurne, Laia estará acompañada por sus cinco damas: Cynthia Broch, Mar Palencia, Lledó Palencia, Rebeca Robles y Lidia Gómez; así como de cuatro acompañantes. “Con algunas de ellas tengo relación desde mi infancia y a otras las conocía ya de la gaiata”, relata. Y Edurne, según desvela, es como su hermana. “Nos llevamos muy bien”.

Y es que esta joven lleva desde que nació en el món de la festa. “Las fiestas de Sant Pere son las mejores del mundo para mí. Por ello, animo a todos aquellos que lo deseen a que visiten el Grao durante estos días”, declara. “Esperamos a los visitantes con los brazos abiertos. Estoy segura de que lo pasarán genial, puesto que hay actos para todos los gustos y edades”, manifiesta. “Estoy ansiosa de que den comienzo las fiestas y que no se acaben nunca”, concluye la máxima representante.

UNA PEQUEÑA REINA

Junto a Laia, estará su inseparable reina infantil, Edurne Giner. Una pequeña de tan solo 9 años que siente devoción por sus fiestas de su ciudad. “El acto que espero con más ilusión es el desfile de collas y peñas y los actos taurinos”, añade. Edurne, que estudia en el colegio San Cristóbal de Castellón y quiere llegar a ser profesora de inglés, confiesa sentirse “un poco nerviosa por el comienzo de los festejos, pero con muchísimas ganas”. La pequeña estará arropada, en cada acto, por el presidente infantil de la gaiata El Grau, Adrián Bou.

Con todo, Laia y Edurne forman una excepcional pareja que representa, a la perfección, la devoción y la tradición de Sant Pere.