Todo por las personas sin recursos. Por ello luchan cada día en Castellón las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, entidad fundada en el año 1959 que ofrece un hogar para todas aquellas personas que se encuentran en situación de dependencia o exclusión.

A través del centro social Marillac acogen a un total de 20 personas «que sufren una enfermedad o acaban de pasar por una operación», explican desde la organización. Los responsables se encargan de ofrecer una atención personalizada, en la que se acompaña al convaleciente en todo el proceso de la enfermedad. En este sentido, al tratarse de una casa de acogida, Hijas de la Caridad San Vicente de Paúl cubre las necesidades básicas a nivel de alimentación, higiene, vestido y hospedaje.

Inserción social

También trabajan con viviendas semituteladas, gracias a convenios con el Ayuntamiento de la capital de la Plana, para ofrecer alojamiento temporal a personas solas o familias con dificultades de acceso a la vivienda que inician o prosiguen un proceso de inserción social. Al año, «el proyecto ayuda a más de 60 personas», revelan desde la organización, pues la entidad recibe unos 10.000 euros de subvención por parte de Obra Social la Caixa; una ayuda que emplean en el llamado proyecto Puente.

El fortalecimiento personal a través de una vivienda digna, la intervención socioeducativa de los educadores de la entidad y el acompañamiento en el proceso junto con el trabajo en red con otras entidades son las claves del proyecto para promover la inclusión social y caminar hacia una vida autónoma de las personas.

Pero además de ofrecer asilo a colectivos vulnerables, la entidad ofrece una gran variedad de actividades destinadas a la integración social. Se trata de centros de día donde los participantes acceden a talleres de inserción social, manualidades, teatro o cocina. En estos momentos, la organización se encuentra a la espera de una subvención de la Conselleria para implementar un taller de integración laboral.