--¿Una gran sorpresa para Nules? Esa es la pregunta que se hace su público tras sus declaraciones. ¿Va a subir un caballo al escenario?

--(Sonríe) Si digo que sí, desvelaría demasiado y si digo que no, no me tomarían en serio. Si no puedo con el caballo, veré qué se me ocurre ese día (risas).

--Nules aún recuerda su gran espectáculo del 2010. ¿Podrá sorprender de nuevo?

--Voy por buen camino, hago cosas que me sorprenden a mí mismo. Ese es el primer paso para sorprender a los demás. Tengo que superar el directo del año 2010 en Nules. Creo que se lo debo a todos mis paisanos.

--¿Tiene algo que ver este espectáculo con aquel?

--Nada, pero esa es la grandeza de este oficio. Llevo el homenaje a Paco de Lucía, con más de 20 artistas conmigo. Habrá un paseo por la figura del maestro de Algeciras y también tocaré temas propios. El resto es sorpresa.

--Corre el rumor de que alguien algo extravagante de Andalucía se está encargando de la puesta en escena para el día 21 y 22 de febrero, en el Teatro Alcázar de Nules. ¿Es así?

--Prefiero no decir nombres... pero queremos dar un aire persa, oriental, extraño... que hipnotice, los iluminadores han hecho alguna que otra locura. Sé que recibiré críticas, pero me da igual.

--¿El Ayuntamiento quería hacer el concierto en un espacio abierto con más capacidad tras el éxito de su concierto en la Vilavella. ¿Por qué ha elegido usted hacerlo en el Teatro Alcázar?

--Sí, el Ayuntamiento dio todas las opciones posibles en abierto para albergar al máximo número de público, pero yo quiero expresarme tocando y que la persona que compre su entrada disfrute. Un teatro suena con magia, es como un gran reserva. No me gusta ir a batir récords de asistencia.

--¿Qué ha supuesto para usted rendir tributo a Paco de Lucía en Manhattan?

--Que vayan a tu concierto los espectadores que vieron al mito en Nueva York supone estar más observado que si te persiguiera la CIA. Es una sensación máxima, para mí supone ‘defender’ el legado del mejor músico español de la historia, en la ciudad más importante del mundo.

--El la prensa de Madrid, anunciaba su llenazo en el concierto de Madrid una semana antes del evento, ¿cómo vivió la cita?

--En Madrid la gente sabe mucho de lo que va el flamenco. Hay que tener agallas para tocar ante el público de Madrid. Cuando te equivocas, el público lo intuye y como tengas el día malo, la faena es del que está en el escenario.

--Nueva York, Chicago, Kansas City, Albuquerque, Los Ángeles, Sidney, Canberra, Roma, París, Estocolmo, Dar es Salaam, Yaounde, Guayaquil, Madrid, Ottawa, Montreal, Calgary, Edmonton, Ille de Re, Sofía, Sozopol... ¿No se aburre en Nules?

--¡Qué va! Es un lujo viajar y dar a conocer tu obra en el mundo, pero con el tiempo aprendo a querer cada vez más a mi tierra.

--¿Cuál considera que es el secreto de su éxito?

--Hacer las cosas bien y como se han hecho siempre. Eso a veces parece revolucionario. Todo eso además de no dejar de creer en mí y en mi música. Yo antes tocaba siempre música de otros, ahora en un concierto la gran mayoría de los temas son míos. Me veo hace años y pienso cómo podía tener ‘tan poca sangre’. H